Page 129 - De la luz a las tinieblas
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Gosún  y  Garan  se  abalanzaron  sobre  las  protecciones,
          intentando  alcanzar  con  sus  garras  a  los  enemigos  que

          pretendían sobrepasar las picas.
              Orgán, mientras tanto, había dado cuenta ya de un par de
          individuos,  y  tenía  relativamente  controlados  a  los  que
          pretendían penetrar por arriba.
              En el lado defendido por Andrés, las bajas de las bestias
          eran  ya  más  que  sus  efectivos  en  ataque.  La  denodada
          resistencia del joven hizo desistir a los asaltantes, que optaron

          por abandonar el lugar.
              Pero,  por  donde  se  encontraba  Dalman,  seguían
          intentando la entrada. Ya habían derribado una buena parte
          de la empalizada. Andrés fue hacia allí para reforzar ese lado.
              A pesar de todo, uno de los salvajes consiguió irrumpir en

          la jaula y se abalanzó sobre el más débil de los dos góronas
          defensores. Nadie pudo protegerle. Estaban todos demasiado
          ocupados en mantener a raya a los que aún se empeñaban en
          entrar.
              Garan  llevaba  las  de  perder  ante  aquella  bestia  de  su
          misma especie, mucho más fuerte y rápido que él. No tardó

          verse  sometido.  Pero  su  compañero,  Gosún,  venciendo  el
          temor, se arrojó sobre la fiera criatura y le destrozó la yugular
          de  un  certero  zarpazo,  librando  así  a  su  análogo  de  una
          muerte segura.
              Ante la imposibilidad de vencer las defensas del grupo, y

          viéndose seriamente diezmados, los salvajes optaron por una
          retirada masiva.




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