Page 131 - De la luz a las tinieblas
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Lo ocurrido les haría perder parte del tiempo adelantado
          en  la  jornada  anterior.  Pero,  al  menos,  habían  salido  bien

          parados del enfrentamiento.
              En tanto alejaban del campamento los cadáveres de los
          salvajes  muertos,  Orgán  llamó  seriamente  la  atención  a
          Dalman. -Gosún le había dado a entender el abandono de su
          responsabilidad en la guardia, algo que les pudo costar muy
          caro-.
              Dalman no argumentó nada en su defensa. Tenía claro

          que le había fallado a sus compañeros, y se sentía culpable
          por ello.
              Finiquitada la tediosa y repúgnate tarea de limpieza, se
          dispusieron nuevamente a descansar. Sin duda, después de
          aquello, lo necesitaban más que nunca.

              —Dalman, podrías terminar tu turno y luego despertar a
          Orgán para que haga la última guardia  —propuso Andrés,
          para organizar la vigilancia.
              Orgán intervino inmediatamente.
              —Yo tomaré ya el relevo. Casi me iba a tocar hacerlo.
          Gosún me hará compañía.

              —Tendremos que pasar aquí algún tiempo. Garan debe
          recuperarse  y  todos  necesitamos  dormir  lo  suficiente  para
          volver a estar en forma. Será demasiado tiempo para vosotros
          dos, también necesitáis descansar. Lo haremos en tres nuevos
          relevos, dentro de un par de horas, más o menos, despiértame.

          Dalman hará entonces el último turno —razonó Andrés.






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