Page 132 - De la luz a las tinieblas
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—Podéis descansar tranquilos. Si notase que no puedo
          permanecer  atento  te  despertaré  —los  tranquilizó  el viejo.

          Haciendo a Dalman un implícito reproche.
              Acordados los nuevos turnos de vigilancia, se metieron
          en sus sacos, y al poco tiempo dormían profundamente.
              Orgán no había comentado con los demás lo acontecido a
          su compañero y amigo, pero tampoco confiaba en él. Desde
          el principio, este se venía comportando insolidariamente.  A
          pesar  de  haber  aceptado  acompañarlos,  no  ocultaba  en

          ningún momento su contrariedad. Le incomodaba seguir los
          criterios de Andrés y, en cuanto podía, se desentendía del
          grupo, queriendo tomar sus propias decisiones. Defendería a
          su amigo hasta las últimas consecuencias, pero tenía claro
          que se había embarcado en aquella aventura por seguir a su

          lado. Tal circunstancia lo comprometía moralmente con los
          demás.  Cualquier  cosa  que  pudiese  perjudicar  al  grupo  le
          concernía directamente. Haría todo lo posible para evitar que
          Dalman volviese a meter la pata.
              Su  turno  transcurrió  sin  más  sorpresas.  Necesitaba
          descansar, pero prolongó su vigilia para impedir que Dalman

          hiciese la última guardia. Despertó a Andrés. No deseaba que
          su amigo asumiese tal presión después de lo ocurrido. En su
          próxima  parada,  cuando  todos  estuviesen  más  tranquilos,
          volverían a la normalidad.
              En aquel lugar, nadie tenía una noción relativa del tiempo,

          pero su sensación corporal al despertarse era indicativa de las
          horas que habían dormido. Andrés se sentía que su periodo
          de descanso había sido más prolongado de lo que debiera.


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