Page 126 - De la luz a las tinieblas
P. 126

sin  hacer  ningún  comentario.  Al  fin  y  al  cabo,  sería  una
          ventaja para Garan disfrutar de más horas de sueño.

              Con el relevo ya en su puesto, el pastor se introdujo en su
          saco  y  se  afanó  en  descansar  un  rato.  Realmente  lo
          necesitaba.  Después  de  tan  dura  jornada  se  encontraba
          totalmente exhausto.
              A  pesar  de  su  honda  preocupación,  y  del  temor  que
          profesaba  ante  el  inminente  peligro,  no  tardó  en  quedarse
          completamente  dormido.  Garan,  por  el  contrario,  se  sentó

          sobre su saco, pero manteniendo su vigilia. Acostumbrado a
          dormir  muy  pocas  horas,  decidió  permanecer  despierto.
          Acomodado  sobre  el  talego,  encogido,  y  con  sus  largos
          brazos apoyados sobre las rodillas, permaneció en silencio y
          vigilante. Al cabo de una o un par de horas, el sueño vencía

          su resistencia. Hasta para él había sido demasiada la presión
          a la que se vieran sometidos.
              Pocos  minutos  después  de  que  Garan  se  durmiese,
          Dalman  comenzó  a  dar  preocupantes  cabezadas.  Se  le
          cerraban  los  ojos  por  momentos.  Gosún,  pendiente  de  la
          inconveniente  vigilia  de  su  acompañante,  intentaba

          mantenerlo despierto, dándole pequeños empujones.
              Dalman hizo lo imposible por mantenerse alerta, pero el
          cansancio  lo  doblegaba.  A  pesar  de  haber  dormido  el
          primero, todo aquello había sido demasiado duro para él, y
          su maltrecho cuerpo no se había recuperado aún. Al poco

          tiempo, apoyado de espaldas sobre uno de los árboles, que
          limitaban su pequeña fortificación y servía de soporte a la
          cubierta de defensa, dormía profundamente. Ni siquiera los


                                         132
   121   122   123   124   125   126   127   128   129   130   131