Page 155 - De la luz a las tinieblas
P. 155
pediros que abandonéis el poblado cuanto antes. Espero que
lo comprendáis —concluyó Heraán.
—No se sientan mal. Comprendemos perfectamente su
postura.
Mientras Andrés y Dalman disponían los preparativos
para reiniciar el viaje, Orgán salió del poblado, llevando algo
de comida y agua para los dos góronas. Al subir por la ladera,
alcanzó a verlos unos metros más allá, en el llano. Habían
acampado en campo abierto, y allí permanecían, sentados
junto a sus arneses. Mientras comían, los puso al tanto de la
nueva situación, quedando en unirse a ellos en cuanto
estuviesen listos para continuar.
A su regreso se encontró a Andrés y a Dalman en plena
faena, junto al lago. En la orilla, el mayor llenaba las botas
de agua y organizaba los aperos. Andrés construía un arco
con uno de los palos que habían utilizado como lanza.
Concretamente el que trajera Alterio, y que ya no necesitaría.
Como cuerda usó parte de aquella soga que habían cargado
desde el principio.
—¿Construyes un arco?, ¿crees que podremos
necesitarlo? —se interesó Orgán.
—Heraán nos ha dicho que por esta zona se puede cazar
en los bosques, esto nos ayudará a no tener que seguir
comiendo ese asqueroso pescado. Nos alimentaremos de
carne fresca.
—Si es que llegamos a cazar algo con eso —dijo Orgán
con sorna.
161