Page 157 - De la luz a las tinieblas
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—No comprendo como Alterio ha podido considerarte
amigo alguna vez. Está claro que no empatizas con nadie que
no te aporte beneficio personal.
El tono de Andrés denotaba un indisimulable enfado. Le
tenía verdadero aprecio a Alterio, y no concebía que quien se
había proclamado su amigo pudiese comportarse tan
fríamente en la despedida.
Fue el propio Alterio quien se apresuró a intervenir, antes
de que Dalman pudiese responder. No deseaba que aquel
último momento juntos terminase en un enfrentamiento entre
aquellos a quienes quería.
—Espero que tengáis mucha suerte y consigáis hallar la
salida. Me gustaría ser más joven y no estar ciego para poder
continuar con vosotros.
—Si lo conseguimos será en parte gracias a ti —le dijo
Orgán—. Sin tu voluntariosa insistencia jamás habríamos
tomado esta decisión.
Andrés asintió. Era consciente de que sin la inestimable
ayuda del viejo no habrían llegado hasta allí. Desde su primer
encuentro solo había recibido su apoyo y su confianza. Sin él
nunca habría contado con la colaboración de Orgán y su
amigo. Si bien Dalman no había resultado un compañero muy
animoso, había aportado mucho en los peores momentos.
—Bueno, amigos —dijo Alterio, casi llorando—, no me
olvidaré nunca de vosotros.
—Ni nosotros de ti —le respondieron los tres, casi al
unísono.
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