Page 158 - De la luz a las tinieblas
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Un  abrazo  grupal  puso  punto  y  final  a  tan  difícil
          momento. Eran  conocedores  de  que  echarían  de  menos  la
          serenidad y la sensatez de tan buen compañero.
              Debidamente  abastecidos,  y  acompañados  por  Heraán,

          iniciaron la marcha por la senda que llevaba a las afueras.
              Ya en el borde de la ladera que delimitaba el poblado, se
          despidieron  de  su  anfitrión.  Solo  tenían  palabras  de
          agradecimiento  por  la  colaboración  prestada,  a  pesar  del
          riesgo que corrieron al cobijarles en la aldea.
              Tras el trance de las despedidas comenzaron el ascenso a
          la loma. Al otro lado, en la grana llanura, los esperaban ya
          Gosún y Garan, dispuestos a reanudar la travesía hacia su
          supuesta liberación.




































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