Page 163 - De la luz a las tinieblas
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A pesar de la satisfacción que les producía verse en tan
          iluminado paraje, Andrés no lo tenía del todo claro. Dudaba
          entre  encaminarse  hacia  las  flamas  o  evitar  aquel
          desconocido fenómeno. Algo le decía que no lo tendrían nada

          fácil.
              Desde su inicio en las sombras, todos habían expresado
          su temor al castillo del fuego.
              «¿podría ser aquello ese lugar al que tanto temían?».
              Se daría una nefasta paradoja si fuesen allí por su propio
          pie,  después  de  haber  evitado  ser  presas  de  los  temibles
          cazadores.
              Decidió  que  lo  mejor  sería  soslayar  aquello.  Pero,  se
          acercarían lo suficiente para poder disipar sus dudas.
              Le  expuso  su  intención  a  los  demás.  Nadie  se  opuso.
          Emprendieron nuevamente la marcha. Marcando un punto en
          el  horizonte,  calcularon  una  ruta  que  los  llevaría
          prudentemente apartados, permitiéndoles observar el origen
          de la atrayente manifestación de luz.

              La intensidad del fuego era mucho mayor de lo esperado.
          Habían errado estrepitosamente en sus cálculos. La engañosa
          distancia,  en  aquel  juego  de  luz  y  penumbra,  era  mucho
          mayor de lo que les pareciera inicialmente. Lo que habían
          considerado  una  meta  alcanzable  en  pocas  horas,  se  fue
          convirtiendo en un lejano objetivo.
              Tuvieron  que  detenerse  mucho  antes  de  lograr  su
          propósito.  Debian  alimentarse  y  dormir  un  poco.  El
          cansancio  ya  estaba  haciendo  mella  en  sus  capacidades.
          Especialmente en Dalman, físicamente el más débil.
              Comieron algo y se dispusieron a dormir.



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