Page 168 - De la luz a las tinieblas
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Pasados unos minutos, los sujetos avanzaron hacia ellos.
Se acercaban, sin vacilación, hacia un objetivo fijo. Era
evidente que los habían descubierto.
De inmediato, los tres se levantaron y echaron a correr.
Sin precaución alguna, se dirigieron al mismo lugar en el que
se perdiera Gosún, a solo unos metros de donde estaban.
Sin embargo, Garan ni se movió. Permaneció estático, sin
cambiar un ápice la expresión de su rostro.
Mientras tres de los gigantes oscuros se abalanzaron sobre
el indefenso górona, al cual destrozaron en pocos segundos
con sus afiladas garras, el resto de las criaturas fueron a por
ellos.
Pero, antes de que pudiesen alcanzarlos, la tierra
desapareció bajo sus pies, y se precipitaron a lo desconocido.
En la superficie, ya había finalizado la carnicería. La vida
del pobre Garan había llegado a su fin, entre escalofriantes
alaridos de terror, dolor y desesperación. Nadie habría podido
evitar aquello.
A pesar de haberle dicho a Orgán en su momento que
protegería a los góronas con su propia vida, Andrés nada
pudo hacer para cumplir su promesa.
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