Page 170 - De la luz a las tinieblas
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—¿Crees que esto llevará a alguna parte? —le preguntó
Orgán.
—No lo sé. Pero, en todo caso, estaremos mucho mejor
aquí que en el castillo del fuego. No voy a convertirme en
esclavo de nadie.
—¿Es qué pretendes permanecer aquí eternamente?, ¿qué
me dices de la sed y del hambre? —le preguntó Dalman.
—No. Pretendo seguir adelante, y encontrar esa luz que
hemos venido buscando.
—Tu optimismo, a veces llega a ser exasperante.
—Por cierto, ¿A dónde habrá ido Gosún? ¿Él debió
haberse colado también por este túnel? —preguntó Orgán.
—Es cierto. No está por aquí. Eso significa que existe
algún camino por el que seguir.
En cuanto sus ojos se adaptaron nuevamente a la
penumbra, pudieron ver, delante de ellos, al final de la
pequeña galería, un estrecho pasadizo. No dudaron en
dirigirse hacia allí.
En su ajetreada huida habían abandonado los arneses con
todas las provisiones, tan solo sus improvisados machetes
habían caído con ellos en el hoyo. En aquellas condiciones,
sin carga alguna, les sería más fácil moverse por aquellas
brechas. Aunque su inmediato futuro sería extremadamente
duro, sin nada de comer y sin agua.
Solo la expectativa de encontrar a Gosún, quien sí había
caído con su arnés puesto, los hacía sentirse algo
esperanzados.
Se introdujeron por el estrecho corredor. Solo podían
pasar de uno en uno, y con cierta dificultad.
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