Page 175 - De la luz a las tinieblas
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Superado el reto de las zambullidas, nadaron hasta la
orilla, que se encontraba al otro lado.
Salieron del agua trepando por las resbaladizas rocas y,
superado aquel último escollo, se dispusieron a descansar
sobre la hierba que rodeaba al estanque. Una hierba que, en
aquel lugar, ya era totalmente verde.
Todo allí era diferente, mucho más parecido al mundo que
habían conocido. Aunque no se disipaban las tinieblas, que
volvían a cercar el ambiente, los árboles, que aparecían
nuevamente al final del prado, ya no eran tan lúgubres y
oscuros como los que vieran hasta entonces.
Después de descansar un rato, volvieron a ponerse en
movimiento. La baja temperatura existente, y sus empapadas
vestimentas, hacían poco recomendable permanecer mucho
tiempo inactivos.
Tenían frío. Dalman tiritaba incontroladamente. Había
que moverse, y recuperar algo del calor corporal perdido.
Qué mejor manera de hacerlo que acelerando el paso,
avanzando hacia su incierto objetivo.
Dejaron atrás la laguna, y aquel esperanzador prado, para
internarse nuevamente en la espesura. Siguieron un sendero,
marcado previamente por un caminante que les precedía.
Tenían la seguridad de que se trataba de Gosún. «¿Quién
si no podía haber estado en aquel sitio?»
Andrés no tenía la más mínima idea de a donde podría
dirigirse el górona. Su destino no estaba unido al de ellos. No
tenía ningún sentido que continuase adelante él solo. Pero,
daba la impresión de que se dirigía a alguna parte en
concreto.
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