Page 156 - De la luz a las tinieblas
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—Algo conseguiremos. En cuanto estemos en el bosque
          buscaremos las ramas adecuadas para hacer unas flechas, con
          esto y con las lanzas deberíamos tener suficiente.
              Unas horas más tarde estaban ya listos para restablecer la

          marcha, pero antes querían despedirse de Alterio.
              A pesar de ser el último en conocerlo, Andrés era quien
          más lamentaba aquella separación. El viejo fuera, desde el
          principio, su mayor apoyo en la nueva situación que le había
          sobrevenido.
              Fueron hacia la cabaña para recoger el resto de las cosas
          y despedirse de él.
              Entraron sin llamar. El anciano se había ocupado ya de
          preparar  todo  para  el  nuevo  contexto  en  el  que  habría  de
          transcurrir el resto de su eterna existencia.
              —Lamento  de  veras  que  haya  decidido  quedarse.  Lo
          echaré  mucho  de  menos  —le  dijo  Andrés  visiblemente
          emocionado.
              —Y yo a ti muchacho. Me has dado esperanza, algo que

          hace mucho había perdido ya. Pero mis fuerzas ya no me
          permiten seguir. Este sitio es lo mejor que podría encontrar.
          Incluso mi antigua vida no era mucho más prometedora de lo
          que aquí me espera.
              —Bueno, estamos listos. ¿Nos vamos ya? —interrumpió
          Dalman,  con  una  evidente  falta  de  tacto  en  tan  emotivo
          momento.
              El inoportuno comentario molestó al joven pastor, quien
          no pudo evitar su reproche.







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