Page 188 - De la luz a las tinieblas
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—Yo no abandonaré ahora. —dijo—. Pero la distancia
puede ser engañosa, es probable que esos peñascos se hallen
mucho más lejos de lo que no parece.
—Ahora mismo, me da un poco lo mismo, que sean
cientos o miles los metros que he de andar. Nada puede ser
peor de lo que ya hemos pasado hasta llegar aquí.
—Es verdad, pero el riesgo será mayor cuanta más
distancia debamos recorrer. Estaremos totalmente expuestos.
—Debemos asumirlo. No podemos hacer otra cosa.
Dalman, permanecía callado. Nunca había sido muy
valiente, A pesar de estar tan cerca, era reticente a seguir
adelante. Su actitud no era muy diferente a la que venía
teniendo desde el principio. Pero, en aquel momento, parecía
aún más receloso que de costumbre. Daba la impresión de
que un nefasto presentimiento limitaba su deseo de llegar
hasta el final. Como si presintiese que jamás llegaría a
alcanzar la soñada libertad.
Tras un largo silencio, Orgán tomó la palabra.
—Tenemos que decidirnos. Cuanto más tiempo estemos
aquí, más tiempo les damos a los cazadores para que
regresen. Antes o después verán las huellas de nuestro paso
por el bosque. No les será difícil concluir que hemos
conseguido llegar. Entonces será imposible cruzar ese
maldito campo.
—Tienes razón, no tenemos otra elección. Si más
tardamos en decidirnos menos oportunidad tendremos de
conseguirlo. Lo mejor será abandonar todo lo que nos pueda
estorbar e intentar atravesar el valle lo más rápido posible.
Es la única alternativa.
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