Page 189 - De la luz a las tinieblas
P. 189
Ambos miraron a Dalman esperando que les diese su
opinión, pero este se limitó a devolverles la mirada. En sus
ojos podía verse reflejado el temor que lo atenazaba. Ante la
inquieta actitud de sus acompañantes, en espera de su
respuesta, asintió levemente con la cabeza.
Decidieron deshacerse de sus sandalias, sus ropas de
abrigo… Todo cuanto pudiese limitar su capacidad para
desplazarse. Lógicamente, tampoco cargarían con el arnés de
los víveres que les restaban.
Aquella decisión marcaría definitivamente su destino. En
cuanto iniciasen la marcha ya no habría vuelta atrás. Solo
podían sucederles dos cosas.
Con la seguridad de que tras aquellas grandes rocas se
encontraba la tan deseada luz, que les permitiría abandonar
aquel paraje, no dudaron en arriesgarlo todo. Con infinita
cautela, pero rebosantes de un inusitado coraje, abandonaron
definitivamente el bosque, para adentrarse decididos en la
prolongada llanura.
Anduvieron lo más aprisa que le permitían sus fuerzas.
Sabían que los cazadores habían tomado la dirección opuesta,
pero podían regresar en cualquier momento.
Andrés podría dejar atrás a los mayores, y asegurarse así
su salvación. Sin embargo, se limitó a animarlos y conservar
un ritmo que ambos pudiesen mantener. Siempre adelante,
pero atendiendo constantemente a sus espaldas, para
cerciorarse de que tanto Orgán como Dalman no se quedaban
rezagados.
195