Page 35 - De la luz a las tinieblas
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—Ya quisiera yo que así fuese, al menos tendría idea de
          donde me encuentro. Objetivamente, no sé cómo explicarle
          mi situación. Yo no pertenezco a este mundo. Mi presencia
          aquí es consecuencia de unos acontecimientos que ni siquiera

          sé  cómo  explicar.  Quizás  usted  podría  darme  algunas
          respuestas.
              El  anciano  permaneció  en  silencio.  Pensando.  Daba  la
          impresión de no le resultaba nada extraño el comentario de
          Andrés. Al cabo rompió su mutismo.
              —¿Cómo me has dicho que te llamas?
              —Andrés, señor.
              —Mi nombre es Alterio. Este bosque es mi hogar desde
          hace muchos años, tantos que ya ni recuerdo cuantos son.
              En sus palabras se podía entrever un vestigio de nostalgia
          y  de  resignación,  como  si  hiciese  muchísimo  tiempo  que
          había perdido la esperanza de abandonar de aquel sitio. Sin
          embargo, algo en su expresión daba a entender a Andrés que
          podría contar con su ayuda.

              —¿Cómo ha llegado usted aquí? —le preguntó.
              —Fue  hace  muchísimo  tiempo.  Recuerdo  que  me
          encontraba recogiendo setas en el monte. Acostumbraba a
          hacerlo a diario, ¿sabes? He sido siempre muy activo, y uno
          de mis mayores placeres era recorrer el bosque recolectando
          champiñones. Yo era labrador. Trabajaba muy duro en mis
          campos, y aquellas internadas en la montaña me hacían sentir
          libre. Me relajaban. Aquel día se desató una gran tormenta.
          Me  refugié  bajo  un  árbol  esperando  que  amainase  el
          temporal. Pero comenzaron a suceder cosas muy extrañas.
          Todo comenzó a cambiar a mi alrededor, como si de pronto



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