Page 36 - De la luz a las tinieblas
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el mundo se transformase. En aquel desconocido entorno me
          encontré perdido. Buscando el camino de regreso a mi casa
          me introduje en un oscuro túnel. Lo recorrí hasta encontrarme
          con  una  luz  que  me  invadió  de  sosiego.  Por  alguna

          incomprensible razón la traspasé sin dudarlo. Desde entonces
          nunca más he vuelto a ver claridad alguna.
              Andrés pudo percibir la nostalgia en sus palabras. Parecía
          que  con  el  transcurrir  del  tiempo  sus  recuerdos  eran  más
          dolorosos.  Rememoraba  todo  aquello  con  lágrimas  en  los
          ojos.
              Era  evidente  que  añoraba  su  hogar,  sus  tierras,  la
          serenidad de los maravillosos bosques de su comarca... Pero,
          si había vivido todos esos cambios y los recordaba con tanta
          nitidez  no  podía  haber  sido  ciego  antes  de  aquel
          acontecimiento.  Su  ceguera  tendría  que  deberse  a  otras
          circunstancias.
              Decidió preguntarle al respecto. Ante la curiosidad del
          pastor Alterio evocó, no sin esfuerzo, aquellos lejanos días.

              —Yo veía perfectamente cuando sucedió todo aquello.
          Fue al atravesar la luz cuando me quedé totalmente ciego.
          Mis ojos se  apagaron  para siempre  en  cuanto  me  metí  en
          aquel portal luminoso. Desde entonces vago por este lugar
          con la ayuda de mi bastón —alzó la rústica vara que sujetaba
          en su mano—. Son ya muchos años y me he adaptado. La
          oscuridad ya forma parte de mi existencia. No necesito ver
          para moverme por estos lares. Pero te aseguro que daría la
          mitad de mi vida por volver a percibir el mundo en colores,
          por volver a sentir, aunque solo fuese por un día, el trajín de
          mi vida normal. Apenas puedo imaginármelo.



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