Page 57 - De la luz a las tinieblas
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Dejó  a  Alterio  degustando  el  repugnante  desayuno,  y
          salió a investigar los alrededores. Su pierna ya no le dolía
          tanto.  Aunque  seguía  cojeando  visiblemente.  Enfiló  el
          sendero que llevaba al lago. Se dirigió luego a la zona de

          cabañas más cercanas a la entrada, donde habían estado con
          los  otros  dos  ancianos  al  llegar.  Quizás  ellos  pudiesen
          contarle muchas más cosas. Por el camino, no dejo de ojear
          todos los rincones, en busca de algún utensilio que le sirviese
          para  encender  una  pequeña  hoguera.  Fue  una  más  de  sus
          tantas  frustraciones.  No  encontró  nada  aprovechable  para
          poder llevar a cabo su objetivo.
              Alcanzó la entrada principal, y, una vez más, tuvo que
          someterse a las preguntas de los guardianes.
              —¿Que  buscas  por  aquí?,  ¿por  qué  no  está  Alterio
          contigo?
              —Solo he salido a conocer un poco la aldea. No tengo
          intención de meterme en líos.
              —¿Líos? En líos te meterás en cuanto salgas de aquí, sí

          es cierto lo que ha dicho Alterio sobre eso de que pretendes
          buscar  una  manera  de  abandonar  el  bosque.  Nadie  que  lo
          haya intentado ha regresado nunca. ¿Por qué crees que tú sí
          podrías conseguirlo?
              —No sé si podré conseguirlo. De todos modos, tampoco
          es mi intención regresar. No pienso resignarme a pasar el
          resto de mi vida en este submundo, comiendo engendros de
          pescado  crudo.  Si  no  lo  consigo  no  será  por  no  haberlo
          intentado.
              —Allá  tú.  Pero  no  eres  el  primero,  y,  que  nosotros
          sepamos,  todos  han  terminado  en  el  castillo  del  fuego,



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