Page 66 - De la luz a las tinieblas
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—Pero, ¿si la vida aquí es eterna, para qué necesitáis
entonces comer y beber?
—Lo necesitamos para satisfacer nuestras necesidades. Si
no ingiriésemos alimentos ni agua padeceríamos, además,
hambre y sed. No morimos, pero si sentimos el sufrimiento.
Estar sufriendo una eternidad no es algo que nos agrade
mucho, ya padecemos suficiente viviendo de esta manera. En
lo más parecido a la nada y esperando eternamente.
—Pero Alterio me ha dicho que si no nos alimentásemos
no subsistiríamos.
—Muchacho. Está claro que Alterio te aprecia. No ha
querido matar tu ilusión. Si te ha dicho eso, probablemente
haya sido para que no decidas ayunar, dejándote llevar por
tus escrúpulos. Lo que aquí comemos no es, precisamente,
apetecible. Seguramente no te ha contado toda la verdad para
no destruir la ilusión que te mueve a hacer lo que haces. La
esperanza suele ser la mejor compañía en los momentos de
incertidumbre.
—Sigo sin entender. Si eso es así, ¿para qué tenéis la
aldea vallada, y vigilantes en la entrada? Si no podéis morir,
y estáis resignados a entregaros cuando os vengan a buscar
los cazadores del guardián, ¿qué sentido tiene vigilar?
—No vigilamos para protegernos nosotros, lo hacemos
para proteger a los góronas que aquí viven. Ellos son nuestra
principal fuente de alimento. Nos sirven, y nosotros los
protegemos de sus congéneres más salvajes. Los góronas sí
que mueren. En este mundo, sin recursos, el canibalismo es
un hecho. Los salvajes que habitan en el exterior están
siempre al acecho. Para ellos, sus semejantes indefensos son
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