Page 81 - De la luz a las tinieblas
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—Sabes bien que si tú vas yo también iré. Por lo tanto, ha
de ser lo que tú decidas. Aunque no termina de convencerme
la idea, no descarto que ese chico pueda tener razón —le
respondió Dalman.
—Lo meditaremos, y te diremos lo que decidamos —le
dijo Orgán a Alterio, finalmente.
Alterio se sintió satisfecho con el resultado de aquella
visita. Si bien no había obtenido una respuesta concreta, casi
podía asegurarle a Andrés que, tanto Orgán como Dalman,
los acompañarían. Precisamente Dalman, el más reacio a
decidirse, parecía estar dispuesto a no separarse de su amigo.
Si Orgán decidía ir con ellos, algo que daba casi por hecho,
Dalman también lo haría.
Con la complacencia de haber logrado su cometido, se
despidió de sus convecinos, instándoles a darle una respuesta
lo antes posible.
—Espero vuestra decisión para comenzar ya con los
preparativos.
—Pierde cuidado. Pronto te haremos saber lo que
resolvamos.
Alterio abandonó la choza. Lentamente, apoyándose en
su bucólico bastón, afrontó la suave bajada del sendero,
rumbo a su morada. En su rostro podía apreciarse la
satisfacción. Seguro que le daría una alegría a Andrés,
cuando le comentase la derivación de la charla mantenida con
sus amigos.
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