Page 141 - selim
P. 141

Zuffu  aprendió   enseguida    a  llevar  el  búfalo.
          Los búfalos son    rumiantes   pacíficos,  con  bar-
          bas  como   flecos  y  grandes  cornamentas    cui-
          dadosamente       enrolladas    hacia  su  cuello.
          Nada   les  hace mayor ilusión que encontrar un
          hoyo   lleno  de  agua  o  de  barro  para  revolcar
          en  él  sus  enormes  corpachones    oscuros.   En
          Sapanca   disponían del   agua  clara del  lago,  de
          modo    que  podían  disfrutar  con  bastante  fre-
          cuencia.   Quizá  por  eso  tenían  tan  buena  vo-
          luntad  para  llevar a  cabo  el trabajo que se  les
          exigía.



          Durante   días y  días  Zuffu  se  paseó  en  redon-
          do,  de  pie,  encima  de  la  tabla  que  arrastraba
          un gran búfalo.   Después aprendió a sacudir la
          criba  lo  bastante  fuerte  como  para  cerner  el
          grano   y  limpiarlo  de  polvo  y  paja.  Durante
          muchas    horas,  hizo volar en  el  aire puñados y
          más puñados de trigo, mientras a su       lado cre-
          cían  dos  grandes  montones:    uno  de fina  paja
          molida y otro de trigo limpio.




          Pasaban    los  días,  y de  cuando  en  cuando  lle-
          gaba   una  carta  de  Estambul.  Era del  padre de
          Zuffu  o  del  de  Selim,  pero  no  llegó  ninguna
          de  la  anciana  Aixa  ni  de  Abdurrhaman,   el  ta-
           llista de piedra.


                                                         147
   136   137   138   139   140   141   142   143   144   145   146