Page 83 - El toque de Midas
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hacerlo. Por supuesto, el proceso se editó y en televisión apareció como si sólo hubieran pasado
algunos minutos aunque, en realidad, fue muy arduo. No había manera de continuar con el programa
si no solucionábamos el problema, y por eso, nos tomamos el tiempo necesario. Yo habría preferido
irme a casa a cenar, pero era imposible. Ahí estuvimos, cuatro largas horas arreglando el
desacuerdo. Se quedó todo el equipo y cada persona estaba enfocada en seguir haciendo su trabajo.
Todo lo que hacemos, lo hacemos con cuidado porque entendemos que, aunque el programa debe ser
entretenido, también debe mantenerse fiel a sí mismo y a su objetivo. Lo que muchos críticos no
alcanzan a ver es que nuestro trabajo tiene un subtexto educativo que le brinda una dimensión mayor
a la que tienen otros realities. La educación es y seguirá siendo un elemento fundamental del
programa; tanto así, que ya hemos recibido muchas cartas de escuelas que lo utilizan como una
herramienta en sus clases de negocios.
Un hombre con una misión
La gente con frecuencia me pregunta si tenía una misión en mente cuando fundé la Organización
Trump. No sé si lo pude haber llamado misión en aquel momento, pero definitivamente sabía que
quería establecer una base sólida para operar. Sabía que dicha base sería un aspecto muy importante
para mi éxito porque me permitiría trabajar de la manera más efectiva posible. Muy al principio, si
hubiera tenido una frase para sintetizar la misión, habría tenido que ser muy concisa: “Ser el mejor,
en todos los aspectos”. Eso incluye mis edificios, programas de televisión, campos de golf, es decir,
todo. Ser el mejor siempre ha sido mi objetivo personal y mi enfoque, y para lograrlo debo renovar
mi compromiso cotidianamente.
Tener cimientos firmes para tu marca es fundamental, también lo es contar con una frase que
sintetice la misión pero, definitivamente, contar con el mejor personal para sostenerlo todo, es igual
de importante. Cada vez que Robert menciona a sus socios, pienso en mis empleados y en mis
colaboradores, y en la manera en que todos han ayudado a que la marca Trump se convierta en
sinónimo de lo mejor.
A través de los años he descubierto que, para construir una marca, la gente que la rodea debe
trabajar en sincronía absoluta. La longevidad también ayuda bastante. Yo tengo colaboradores que
han estado conmigo durante 30 años. Mi organización se hizo más grande a medida que la marca se
fue expandiendo y, a pesar de que tengo fama de decir: “Estás despedido”, en realidad no me gusta
correr a la gente. Prefiero mantenerla cerca de mí, siempre y cuando realice un buen trabajo. La ética
también es muy importante porque el proceso de construir una marca es constante, nunca termina. Yo
he tenido la suerte de atraer gente que comparte mi ética de trabajo. Son personas que entienden que
no pueden dejar que se caiga la marca.
A continuación te daré un ejemplo de lo que digo. Un día recibimos la llamada de una señora
que vivía frente a uno de mis edificios. Dijo que nuestros porteros la estaban volviendo loca porque,
cada vez que se asomaba, pulían algo y a ella le parecía excesivo e innecesario. A mis edificios se
les conoce por tener un alto nivel de mantenimiento, y nuestra teoría era que la señora sólo estaba
celosa porque no vivía en uno de ellos. Los porteros y los trabajadores de intendencia comprenden a
la perfección la importancia de sus empleos. Mantener el edificio en perfectas condiciones es crucial
para nuestra marca pero, además, es justamente lo que nuestros inquilinos y huéspedes esperan. Para
ser francos, no los íbamos a decepcionar sólo porque a una señora le incomodaba el movimiento.
Es un ejemplo sencillo, pero muy importante de lo que estoy tratando de decir. Nuestro equipo