Page 86 - El toque de Midas
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mundo. Primero decide por qué rasgos quieres ser identificado, y tienes que ser fiel a ti mismo y a la
marca. Lo más importante es que debes complacerte a ti antes que a los demás. Ya sé que es una
frase muy trillada, pero si no, ¿entonces por qué haces las cosas? Te repito que es necesario tener
cuidado porque no todo mundo estará de acuerdo con tu posición. Hay mucha gente a la que agrado, y
mucha a la que no. A mí no me molesta eso porque mi marca es sólida y yo también lo soy. Puedo
enfrentar los comentarios negativos porque las impresiones positivas que causo, son muy superiores
a las de mis detractores. Sin embargo, siempre estoy preparado para aclarar una situación cuando
algún comentario amenaza con dañar mi marca o mi reputación. La gente sabe bien que, en ese
sentido, soy un luchador y, por lo tanto, pensará muy bien las cosas antes de atacarme. Porque cuando
me defiendo, lo hago con todo. Tú también marca los límites en lo que se refiere a construir tu marca
y protegerla. Robert mencionó que siempre hay periodos de problemas y tribulaciones, y yo no
podría estar más de acuerdo. Lo único que debes hacer es aceptar que estás destinado a vivir esas
experiencias, particularmente conforme tu éxito aumente. También recuerda que debes enfrentar cada
problema de manera individual porque, ser una marca, implica una actitud tanto táctica como
estratégica.
Hace muchos años, en la revista New Yorker apareció una crítica feroz en mi contra. Yo me
enojé muchísimo y estuve a punto de llamar al editor para quejarme. Pero luego me di cuenta de que
si lo hacía, la revista aumentaría sus ventas porque la nota se convertiría en una gran historia en lugar
de quedar como un articulito mal escrito que la gente podría olvidar en pocas semanas. Cuando los
reporteros me llamaron para preguntar acerca de la nota, les dije que era tan larga y aburrida, que ni
siquiera había podido terminar de leerla. En ese caso, lo mejor fue no reaccionar ante el ataque.
Finalmente, le escribí una carta al editor después de algún tiempo, cuando la revista ya ni siquiera
estaba a la venta, y le aclaré que me había decepcionado mucho la “larga y aburrida historia”. Le
dije que era tan mala, que había preferido ver el juego de los Knicks por televisión en lugar de
terminarla. También le sugerí que jamás me volvieran a pedir que colaborara con ellos para que
pudieran escribir otro artículo sobre mí.
Más adelante, alguien volvió a escribir un artículo malo y creí que, en esa ocasión, valía la pena
responder. Así que envié una carta que terminó ganando el premio a Mejor Carta de The New York
Times Book Review, según la revista New York. Al final de la misiva, señalé que tal vez algún día,
los reporteros que habían escrito el pésimo y mediocre artículo sobre mí, pudieran sorprenderme con
un texto de mayor relevancia. A veces tienes que dejar pasar las cosas y, en otras ocasiones, lo más
útil es dar una ligera cachetada con guante blanco.
Robert también mencionó a los distintos socios que ha tenido al paso de los años. En mi caso,
los proyectos pueden llegar a ser enormes e involucrar a muchísima gente: contratistas, diseñadores,
arquitectos, gerentes, personal para labores generales, etcétera. Tal como señaló Robert, es muy
importante estar de acuerdo con los colaboradores. Por ejemplo, cuando le pido a alguien que diseñe
un campo de golf, me parece importante compartir la misma visión. Porque la capacidad técnica de
la otra persona es esencial, por supuesto, pero si no hay química entre nosotros, podríamos terminar
gastando una buena cantidad de tiempo y dinero de manera innecesaria. Lo anterior sucede con todas
las personas a todos los niveles de trabajo en la compañía.
En el punto que me encuentro de mi carrera, la verdad es que ya no necesito hacer más dinero.
Me encanta lo que hago y me interesa mucho la marca Trump, pero el dinero ya no es lo que me
mueve. Por eso ahora tengo la posibilidad de mantener relaciones de trabajo por más tiempo. Mis