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Capítulo
Aftas recidivantes
David Rakel y Malcolm Riley
Fisiopatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 764 Estilo de vida. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 766
Fármacos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 766
Tratamiento integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 765 Otras modalidades de tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 767
Nutrición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 765
Suplementos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 765 Estrategias preventivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 768
Fitoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 765 Revisión terapéutica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 768
Homeopatía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 766
Intervenciones mente-cuerpo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 766
Las aftas recidivantes (AR), también conocidas como estomatitis neral, hay entre una y cinco úlceras en un momento
aftosa, son las lesiones más frecuentes de la mucosa bucal, y afec- dado y suelen curar sin dejar cicatriz en 7-14 días.
tan al 20% de la población de Norteamérica. Aparecen como úl- 2. AR mayores: estas úlceras, que son menos frecuentes,
ceras recidivantes de bordes circunscritos con un halo eritema- son de mayor tamaño y más profundas que las úlceras
toso y un fondo gris o amarillento. aftosas menores, tienden a tener unos bordes irregula-
Las AR afectan a la mucosa no queratinizada o poco quera- res y son más dolorosas. Afectan a los labios, paladar
tinizada de la boca y bucofaringe. No hay ninguna prueba espe- blando y bucofaringe y pueden tardar 6 semanas en
cífica para identificar AR y el diagnóstico se efectúa a partir de curar, dejando a menudo una cicatriz considerable.
la anamnesis del paciente y los signos clínicos. Las AR mayores y menores se asocian al síndrome de
Behçet y la infección por el virus de la inmunodefi-
ciencia humana (VIH).
3. AR herpetiformes: de entre 1 y 3 mm de diámetro, las
Fisiopatología AR herpetiformes suelen aparecer en grupos de 10
a 100, que confluyen con frecuencia para formar re-
Parece que el origen de las AR es multifactorial, siendo la me- giones extensas e irregulares de ulceración. No son
diación inmunitaria un componente importante. Desde el pun- tan profundas como las AR mayores. Curan sin dejar
to de vista histológico hay un aumento de los linfocitos porta- cicatriz en 7 a 14 días y, a pesar de su nombre, no
dores de inmunoglobulina (Ig) E, junto con un incremento de guardan relación con los virus herpes ni son de origen
los mastocitos en las fases prodrómicas. La acción citotóxica viral.
de los linfocitos y monocitos parece ser la causa de la ulcera- Las AR menores y mayores suelen comenzar en la infancia o
ción, aunque no está claro el desencadenante exacto. primeros años de la adolescencia y tienen tendencia a resolverse
Las tres variantes clínicas principales son las siguientes: de manera natural en etapas más avanzadas de la vida. Las AR
1. AR menores: normalmente menores de 5 mm de diá- herpetiformes aparecen más tarde que las AR menores y mayo-
metro, son la forma más frecuente (80%). Por lo ge- res, habitualmente en la tercera década de la vida.