Page 253 - Luna de Plutón
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colocó  el  uniforme  de  Shah,  pero  volver  a  entrar  en  aquel  lugar,  que  le  había

  producido sensaciones tan fuertes, que llegaron a descalabrar inclusive su estoicismo
  férreo de elfo, le produjo malos sentimientos. Los tripulantes apretaban botones con

  celeridad sobre sus tableros, las paredes y el techo. Ponían los monitores, los sistemas

  y  las  máquinas  a  trabajar.  Los  aullidos  de  fusión  de  energía,  que  provenían  de  las

  turbinas cundían todas las salas y pasillos, que parecían hechos de plata.
       El Shah estuvo a punto de sentarse en su puesto de mando, cuando, al girar la

  cabeza, observó que Degauss estaba sentado en su silla, viendo a través de una mirilla

  colocada en el casco de hologramas que le permitía fijar sus objetivos.

       —Tenía entendido que habías renunciado a tu puesto.
       Degauss no se inmutó, y, por momentos, pareció siquiera prestar atención a las

  palabras de Panék. Giró su silla y, poniendo en línea su monitor, dijo:

       —Tengo un mal presentimiento sobre esto, así que me necesitas.
       El Shah rio con cierto sarcasmo y apoyó la espalda sobre la silla.

       —¿Motores listos, Ingeniero?

       —Motores listos y en marcha, Shah.
       —¿Máquinas listas, Teniente?

       —Listas y en orden.

       —Preparen ignición. Despeguemos ya.

       Las turbinas de la nave con forma de halcón y cabeza de lobo se encendieron de
  tal  manera  que  parecieron  soles  estallando,  el  pasto  de  los  campos  se  dobló  hasta

  acariciar la tierra, los árboles se encorvaron, La Anubis brilló tanto que segó todo en

  una  refulgente  luz  blanca  y,  elevándose  y  describiendo  un  ángulo  rápido  y  brusco,

  dejó todo atrás con un relámpago, convirtiéndose en un punto blanco en el cielo.
       —Acabamos de salir de Titán, preparando sistema de gravedad espacial.

       —Deteniendo turbinas progresivamente, calculando ruta de órbita. Esperamos sus

  órdenes, Shah.
       —Calcule la ruta y haga alto total, quiero hacer contacto visual directo con la nave

  espacial desconocida… Informe sobre ella, por favor.

       —La nave espacial desconocida ha desacelerado, hará contacto visual con ella en

  sesenta  segundos  —dijo  el  alférez,  quien  controlaba  el  sistema  de  radares—.  Debo
  agregar, Shah, que es un cuerpo realmente inmenso.

       —Ya lo veremos. Habiliten la pantalla principal.

       Dos  brillantes  líneas  plateadas  surcaron  el  monitor  y,  al  levantarse  una  en

  dirección contraria a la otra, abrieron la ventana que permitía ver hacia el cosmos.
       Panék tomó ambas manos entre sí, apoyándose sobre la silla, toda la tripulación
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