Page 255 - Luna de Plutón
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—Nunca había visto una nave así en la flota de la Hermandad Federal de Planetas
Unidos.
—Esta es una embarcación secreta, en una misión secreta. Por lo mismo, no
podemos revelar la información requerida por ustedes. La situación de la nave
espacial Tungstenio ha impulsado que la Hermandad considerara conveniente el
lanzamiento de esta unidad de combate. Por favor, entréguennos a Metallus del
Titanium. No entregarlo recaería en una grave violación al Tratado de Planetas
Unidos.
Panék se adelantó unos pasos. Mientras más se revelaba el inmenso monstruo
negro, que se acercaba rápidamente a La Anubis, más profundo era el desagrado y la
desconfianza marcada en su rostro.
—Una nave espacial de esa envergadura debe traer a bordo a un Comodoro, o por
lo menos un Delegado Juez de la Hermandad Federal, quisiera saber quién.
Esta vez, el silencio fue más largo. Finalmente, la voz mecánica, lentamente, emitió
una respuesta:
—El Juez Raah.
—Quisiera comunicarme con él, por favor.
—Shah de la nave espacial Anubis de la luna Titán entregue inmediatamente la
nave espacial Tungstenio o incurrirá en una falta grave al Tratado de Planetas Unidos,
que puede acarrear severas consecuencias, por favor…
—Insisto —atajó Panék, levantando más la voz—. Requiero hablar con alguien de
mayor rango que usted. Por favor, comuníqueme con el Juez Raah.
—El Juez Raah no puede ser molestado ahora.
—Conozco personalmente al juez Raah, pues creció en Titán. Cuando usted le
comunique que es Panék quien desea hablar con él, le garantizo, sin ningún
resquemor a dudas, que él acudirá a hablar conmigo.
El Ingeniero de Comunicaciones giró la silla.
—Shah, la nave ha cortado la comunicación.
—¡Alerta roja, señor! ¡La nave ha acelerado su velocidad, se embalan hacia
nosotros!
—Alerta roja, ¡preparen puestos de combate!
La alarma general cundió los pasillos. Los soldados empezaron a correr con el fin
de ocupar sus puestos de combate, besando los símbolos que llevaban anudados a
collares. Degauss se acercó lentamente hasta estar al pie de la pantalla, observando la
gigantesca nave espacial en todo su esplendor, acercándose como una enorme,
monstruosa, grotesca criatura marina, con la intención de hacer pedazos a su presa.