Page 265 - Cementerio de animales
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—Llevaba "shorts" —dijo Ellie de pronto, mirando al niño.
—¿Quién, cariño?
—Paxcow. En mi sueño, llevaba "shorts" rojos.
Esto iluminó fugazmente el nombre, y Rachel volvió a sentir aquel miedo que le
hacía temblar las rodillas…, pero pasó enseguida.
No pudieron acercarse a la cinta transportadora de los equipajes. Rachel apenas
alcanzaba a distinguir la copa del sombrero de su padre, con la plumita. Se volvió y
descubrió a Dory Goldman que les guardaba dos sillas junto a la pared y les hacía
señas con la mano. Rachel llevó a Ellie hasta allí.
—¿Estás mejor, cariño? —preguntó Dory.
—Un poquito —dijo Ellie—. Mami…
La niña miró a su madre y se quedó en suspenso. Rachel estaba muy erguida en la
silla, con una mano delante de la boca y la cara blanca. Ya lo tenía. Había brotado de
pronto, con un golpe sordo. Pues claro; debió darse cuenta inmediatamente, pero trató
de desentenderse. Claro.
—¿Mami?
Rachel se volvió lentamente hacia su hija, y Ellie oyó cómo le crujían los
tendones de la nuca. Rachel apartó la mano de la boca.
—¿Te dijo el hombre del sueño cuál era su nombre de pila?
—Mamá, ¿estás b…?
—¿Te dijo su nombre de pila?
Dory miraba a su hija y a su nieta como si las dos se hubieran vuelto locas.
—Sí, pero no me acuerdo… ¡Mami, me haces daaaño! Rachel bajó la mirada y
vio que su mano asía el antebrazo de Ellie como unas tenazas.
—¿No sería Víctor?
Ellie aspiró bruscamente.
—¡Sí, Víctor! ¡Dijo que se llamaba Víctor! ¿Tú también soñaste con él?
—Pero no es Paxcow —dijo Rachel—. Es Pascow.
—¡Eso, Pascow!
—¿Qué pasa, Rachel? —preguntó Dory. Tomó la mano libre de Rachel e hizo una
mueca al notarla helada—. ¿Y qué tiene Eileen?
—No es Eileen —dijo Rachel—, sino Louis. A Louis le pasa algo malo. O le va a
pasar. Quédate con Ellie, mamá. Tengo que llamar a casa.
Se levantó y cruzó el vestíbulo en dirección a los teléfonos, mientras buscaba un
cuarto de dólar en el bolso. Pidió la conferencia con cobro revertido, pero nadie
aceptó la llamada. No contestaban.
—¿Volverá a llamar? —preguntó la telefonista.
—Sí —dijo Rachel, y colgó.
Se quedó mirando fijamente el teléfono.
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