Page 129 - El cazador de sueños
P. 129

respuesta.
               —Quizá ni lo uno ni lo otro.
               Vio  que  habían  caído  los  últimos  copos.  Le  rodeaba  un  mundo  en  sólo  tres

           colores: el gris oscuro del cielo, el verde oscuro de los abetos y el blanco perfecto,
           inmaculado, de la nieve recién caída. Un mundo de silencio.
               Ladeó la cabeza, primero en una dirección y luego en otra. Silencio, en efecto.

           Nada.  Ni  un  solo  ruido  en  todo  el  mundo,  y  el  zumbido  había  terminado  por
           completo, como la nieve. Al mirar hacia arriba, vio que también había desaparecido
           el pálido fulgor de las luces.

               —¿Marcy? —dijo, como llamando a alguien.
               Se le ocurrió que podía ser el nombre de la causante del accidente, pero rechazó
           la idea. Se llamaba Becky. Estaba tan seguro de su nombre como del de la comercial

           de la inmobiliaria. Ahora Marcy sólo era una palabra que no le sonaba de nada. Debía
           de tratarse de un simple calambre cerebral. No sería el primero.

               Llegó a la cima de la colina y emprendió el descenso de la otra ladera, mientras
           volvía  a  pensar  en  aquel  día  de  otoño  de  1978,  el  día  en  que  habían  conocido  a
           Duddits.
               De  repente,  faltándole  poco  para  llegar  al  punto  donde  volvía  a  nivelarse  la

           carretera, le falló la rodilla. Esta vez no se le puso tiesa; pareció estallarle como una
           pina en el fuego.

               Cayó de bruces en la nieve y no oyó romperse las botellas de Bud dentro de la
           bolsa, todas menos dos. Gritaba demasiado.












































                                        www.lectulandia.com - Página 129
   124   125   126   127   128   129   130   131   132   133   134