Page 140 - El cazador de sueños
P. 140

Richie, sin embargo, no le deja dar el segundo paso, el que se habría convertido
           en verdadera carga. Sujeta el antebrazo del bruto, que es más grueso que el bíceps de
           Henry y está erizado de pelos un poco rojizos.

               —No, Scotty —dice—, espera un segundo.
               —Sí, tío, espera —dice Duncan, casi con tono de pánico.
               Acompaña sus palabras con una mirada que hasta Henry (su destinatario), con

           trece años, encuentra grotesca. Es una mirada de reproche, como si los culpables de
           algo fueran Henry y sus amigos.
               —¿Qué queréis? —pregunta Richie a Henry—. Que nos vayamos, ¿no?

               Henry asiente.
               —Si  nos  vamos,  ¿qué  haréis?  ¿A  quién  se  lo  contaréis?  Henry  descubre  algo
           sorprendente: que tiene tantas ganas de dar guerra como el bruto, Scotty. De hecho,

           hay una parte de él que arde en deseos de pelearse, de gritar «¡coño, tío, a todo el
           mundo!», sabiendo que le apoyarán sus amigos, y que ni recibiendo una paliza, ni

           acabando en el hospital, se quejarían.
               Pero el niño. El pobre niño retrasado que llora. Después de haberles partido la
           cara a Henry, Beaver y Jonesy (y a Pete, si consiguieran darle alcance), los mayores
           se  meterían  con  el  niño  retrasado,  y  seguro  que  no  se  conformarían  con  que  se

           comiera una caca seca de perro.
               —A nadie —dice—. No se lo contaremos a nadie.

               —¡Y una puta mierda! —dice Scotty—. No te lo creas, Richie. ¡Mira con qué
           cara lo dice!
               Scotty  vuelve  a  dar  un  paso,  pero  Richie  aumenta  la  presión  sobre  el  robusto
           antebrazo de su compañero.

               —Si nadie le hace daño a nadie —dice Jonesy con un tono tan sensato que da
           gusto—, nadie tendrá nada que contar.

               Grenadeau le mira fugazmente, y luego a Henry.
               —¿Me lo juras?
               —Te lo juro —dice Henry.
               —¿Me  lo  juráis  todos?  —pregunta  Grenadeau.  Jonesy,  Beav  y  Pete  juran

           escrupulosamente.
               Grenadeau lo medita un rato (que se hace eterno) y asiente con la cabeza.

               —Vale. Venga, tíos, que nos la piramos.
               —Si vienen, da la vuelta al edificio —le dice Henry a Pete, hablando muy deprisa
           porque los mayores ya caminan.

               Grenadeau,  sin  embargo,  sigue  teniendo  bien  sujeto  a  Scotty  por  el  antebrazo,
           cosa que a Henry le parece buena señal.
               —Sería una pérdida de tiempo —dice Richie Grenadeau con una altivez que a

           Henry le da ganas de reír, aunque hace el esfuerzo de quedarse serio. Reírse sería




                                        www.lectulandia.com - Página 140
   135   136   137   138   139   140   141   142   143   144   145