Page 374 - El cazador de sueños
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color y pasa a ser una fotografía en tonos sepia. Sus amigos se vuelven transparentes,
y Jonesy les ve disolverse. Sólo quedan dos cosas que parezcan reales: el auricular
negro y pesado del teléfono de monedas, y el calor. El calor asfixiante.
—¡Depieta! —le grita Duddits en la oreja. Jonesy oye una respiración larga y
entrecortada, y la reconoce enseguida: es Duddits disponiéndose a hablar de la
manera más clara que pueda—: ¡Yonci! ¡Yonci, despieta! ¡Despieta! ¡Des…!
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