Page 437 - El cazador de sueños
P. 437

6




           A la media hora de haberse incendiado, el establo de Reggie Gosselin se reducía a un
           ojo  agonizante  de  dragón  en  la  noche  de  truenos,  creciendo  y  decreciendo  en  una

           órbita negra de nieve derretida. En el bosque del otro lado de Swanny Pond Road se
           oían detonaciones de fusil: pum, puní, puní… Al principio eran fuertes, pero fueron
           disminuyendo tanto en frecuencia como en volumen a medida que los de Imperial

           Valley  (ahora  con  Kate  Gallagher  al  mando)  se  alejaban  en  persecución  de  los
           reclusos fugitivos. Se trataba de un combate desigual, al que sobrevivirían pocos de

           los  segundos;  acaso  bastantes  para  contarlo  y  delatarles  a  todos,  pero  ya  habría
           tiempo de preocuparse.
               Mientras los chicos persistían en la caza (y mientras el traidor de Owen Underhill
           acrecentaba su ventaja), Kurtz y Freddy Johnson se hallaban en el puesto de mando

           (aunque Freddy supuso que volvía a ser una simple caravana, ya desprovista del halo
           de poder), metiendo naipes en una gorra.

               Kurtz, que ya no era telépata, pero que en lo tocante a sus hombres conservaba la
           perspicacia  de  siempre  (poco  importaba,  en  realidad,  que  ahora  sólo  tuviera  una
           persona a sus órdenes), miró a Freddy y dijo:
               —Apresurarse  lentamente,  chavalín:  el  dicho  sigue  siendo  válido.  Otro:  actúa

           deprisa y arrepiéntete cuando te convenga.
               —Sí, jefe —dijo Freddy sin gran entusiasmo.

               Kurtz sacó el dos de picas, que revoloteó por el aire y aterrizó en la gorra. Kurtz
           se  ufanó  como  un  chaval  y  se  dispuso  a  repetir  el  lanzamiento.  Entonces  llamó
           alguien a la puerta de la caravana. Freddy se volvió hacia ella, recibiendo de Kurtz
           una  mirada  severa  que  le  hizo  recuperar  su  posición  original  y  observar  el  nuevo

           lanzamiento de cartas. Empezó bien, pero pasó de largo y acabó en la visera. Kurtz
           masculló  algo  y  señaló  la  puerta  con  la  cabeza.  Freddy  fue  a  abrirla  rezando  una

           oración mental de gratitud.
               Jocelyn McAvoy, una de las dos mujeres de Imperial Valley, estaba en el escalón
           de arriba. Tenía acento de Tennessee, el pelo rubio y cortado a lo varón y un rostro

           granítico.  Sujetaba  la  correa  de  una  metralleta  ligera  israelí  que  se  apartaba  por
           completo  de  lo  reglamentario.  Freddy  se  preguntó  de  dónde  la  sacaba,  hasta  que
           decidió que daba igual. Había muchas cosas que ya no importaban, sobre todo desde

           hacía una o dos horas.
               —Joss —dijo—. ¿Qué cuentas de malo?
               —Orden cumplida: traemos dos casos de Ripley.

               Se  oyeron  más  disparos  en  el  bosque,  y  Freddy  reparó  en  que  los  ojos  de  la
           soldado se movían un poquito en esa dirección. Jocelyn tenía ganas de volver a cruzar
           la carretera y cazar el máximo de piezas antes de que se alejaran. Freddy comprendía



                                        www.lectulandia.com - Página 437
   432   433   434   435   436   437   438   439   440   441   442