Page 440 - El cazador de sueños
P. 440
7
El señor Gray tenía la carta en las manos y estaba absorto en las listas (bola de carne
picada, remolacha en rodajas, pollo a la brasa, pastel de chocolate), pese a no
entender prácticamente ni jota. Jonesy se dio cuenta de que no se limitaba a ignorar el
sabor de los platos. El señor Gray desconocía lo que era el sabor. Y era lógico que así
fuera, pues en el fondo sólo era una espora, o como máximo una seta con alto
coeficiente intelectual.
Apareció una camarera desplazándose bajo una vasta meseta de cabello rubio
ceniza petrificado. En la chapa de la pechera, de no desdeñables proporciones, ponía:
BIENVENIDO A DYSART'S. SOY
DARLENE, SU CAMARERA.
—Hola, majo. ¿Qué te pongo?
—Por apetecer, huevos revueltos con beicon, pero que estén pasaditos.
—¿Con tostada?
—¿Pueden ser unas crecs?
Darlene arqueó las cejas y le miró por encima de la libreta. El policía estaba
detrás, en la barra, comiendo un bocadillo con alguna salsa y hablando con el
cocinero.
—Perdona, quería decir sprec.
Las cejas subieron un poco más. La pregunta era evidente, y le parpadeaba en la
frente como el letrero luminoso de un bar: ¿trataba con alguien con problemas de
habla, o le tomaban el pelo?
Jonesy, que estaba sentado junto a la ventana del despacho y sonreía, cedió un
poco.
—Creps —dijo el señor Gray.
—Ya. Me lo había imaginado. ¿Café para beber?
—Sí, por favor.
La camarera cerró la libreta y se alejó. El señor Gray volvió enseguida a la puerta
cerrada del despacho de Jonesy, rabiando igual que las otras veces.
«¿Cómo lo has hecho? —preguntó—. ¿Cómo, si estás aquí dentro?» Dio un golpe
de rabia en la puerta. Jonesy se dio cuenta de que no sólo estaba enfadado, sino
asustado; porque, si Jonesy estaba en situación de interferir, se la jugaba.
«No lo sé —dijo, fiel a la verdad—. Pero no se lo tome tan a la tremenda;
desayune a gusto, hombre, que sólo ha sido una broma.»
«¿Por qué? —Todavía enfadado, todavía bebiendo en el pozo de las emociones de
Jonesy, y disfrutando sin querer—. ¿De qué te sirve?»
«Digamos que de vengarme por cuando estaba durmiendo y casi me achicharra»,
dijo Jonesy.
www.lectulandia.com - Página 440