Page 458 - El cazador de sueños
P. 458

15




           pesar de ello sonó uno, haciendo añicos el nítido recuerdo tejido por Henry entre él y
           Owen, y pegándoles un susto de muerte.

               Owen se sobresaltó como si le hubieran despertado de un sueño muy profundo, y
           el Humvee perdió un agarre que de por sí ya era precario. Al principio derrapó, y en
           segundo  lugar  inició  un  movimiento  giratorio  muy  lento,  como  el  baile  de  un

           dinosaurio.
               —Me cago en…

               Intentó seguir la dirección del giro, pero lo único que hizo la rueda fue girar con
           una facilidad angustiosa, como la de un barco que ha perdido el timón. El Humvee
           retrocedió por la superficie traicionera del único carril que quedaba en la 1-95 para ir
           hacia el sur, y acabó chocando de lado con el banco de nieve más interior, abriendo

           con los faros, en la dirección de donde venían, un cono de luz manchado de nieve.
               ¡Riiing! ¡Riiing! ¡Riiing! Y sin teléfono a la vista.

               Suena en mi cabeza, pensó Owen; lo proyecto, pero me parece que lo oigo en mi
           cabeza. Ya estamos otra vez con la telepatía de los…
               En el asiento de en medio había una pistola, una Glock. Justo cuando la cogía
           Henry,  dejó  de  sonar  el  teléfono.  Entonces  se  aplicó  a  la  oreja  el  cañón  como  si

           quisiera suicidarse, con la diferencia de que tenía todos los dedos en la culata.
               Claro, pensó Owen, pura lógica. Le llaman por la pistola. No tiene nada de raro.

               —¿Sí? —dijo Henry. Owen no pudo oír la respuesta, pero vio iluminarse con una
           sonrisa la cara cansada de su acompañante—. ¡Jonesy! ¡Sabía que eras tú!
               ¿Y quién iba a ser?, se dijo Owen. ¿Oprah Winfrey?
               —¿Dónde…?

               Henry permaneció a la escucha.
               —¿Buscaba a Duddits, Jonesy? ¿Por eso…? —Volvió a escuchar y añadió—: ¿El

           qué? ¿El depósito del agua? ¿Y por qué…? ¡Jonesy! ¡Jonesy!
               Se quedó unos segundos más con la pistola en la oreja, hasta que la miró como si
           no la reconociera y la devolvió al asiento. Ya no sonreía.

               —Ha colgado. Me parece que volvía el otro. Él le llama señor Gray.
               —O sea que tu amigo está vivo. Pues no te veo muy contento.
               Más que en la cara, se lo notaba en los pensamientos, pero a aquellas alturas ya

           no hacía falta decirlo. Al principio se había alegrado, como cualquiera que reciba una
           llamadita por la pistola, pero ya no estaba contento. ¿Por qué?
               —Está… están al sur de Derry. Han parado a comer algo en un área de servicio

           para  camioneros  que  se  llama  Dysart's…  aunque  Jonesy  la  ha  llamado  Dry  Farts,
           como de niños. Para mí que no se ha dado ni cuenta. Ponía voz de asustado.
               —¿Por él o por nosotros?



                                        www.lectulandia.com - Página 458
   453   454   455   456   457   458   459   460   461   462   463