Page 479 - El cazador de sueños
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Parecía que se hubiera hecho real su fantasía nocturna. Al oír llamar a la puerta,
Roberta no pudo levantarse. Tenía las piernas de gelatina. Ya no era de noche, pero la
mañana era tan oscura y tétrica que poco habían avanzado. Estaban fuera Pete y
Beav. Los muertos venían a por su hijo.
Volvió a caer el puño, haciendo temblar los cuadros de las paredes, entre ellos una
portada enmarcada del Derry News con una foto de Duddits, sus amigos y Josie
Rinkenhauer cogiéndose todos por la espalda y sonriendo como desquiciados. (¡Qué
buen aspecto, el de Duddits en la foto! ¡Qué fuerte, y qué normal!) Estaba debajo del
siguiente titular: UN GRUPO DE AMIGOS DEL INSTITUTO HACE DE
DETECTIVES Y ENCUENTRA A UNA CHICA DESAPARECIDA.
¡Bum, bum, bum!
No, pensó Roberta, yo me quedo aquí sentada, y ya se marcharán. Seguro que a la
larga se marchan, porque los muertos sólo entran si les dejas, y con que me quede
sentada…
Fue antes de que pasara Duddits al lado de la mecedora donde estaba su madre.
Ni más ni menos que corriendo, cuando ya hacía tiempo que no podía caminar sin
cansarse; corriendo y con la luz de antes en los ojos. ¡Qué buenos chicos habían sido!
¡Cómo le habían alegrado la vida! Pero ahora estaban muertos, y venían en plena
tormenta…
—¡¡No, Duddits!! —exclamó.
Su hijo no obedeció. Pasó corriendo al lado de la foto vieja enmarcada (Duddits
Cavell en portada del periódico, Duddits Cavell un héroe… ¡qué cosas tiene la vida!),
y Roberta le oyó gritar algo justo cuando abría la puerta, dejando entrar los últimos
rigores de la tormenta:
—¡Enni! ¡Enni! ¡ENNI!
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