Page 600 - El cazador de sueños
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Owen no daba crédito a lo que veía. Una cosa roja, una especie de comadreja sin
patas. Oír su descripción no era lo mismo que verla. Se retorcía por el suelo hacia el
agujero del centro de la caseta, donde estaba embutido un perro con las patas tiesas
hacia arriba, como en señal de rendición.
El hombre (probablemente el agente de contagio) le gritaba que pegase un tiro al
bicho, pero los brazos de Owen se negaban a levantarse, como si tuvieran un baño de
plomo. La cosa estaba a punto de escapar. Después de tantas peripecias, Owen estaba
punto de presenciar lo que había tenido la esperanza de evitar. Era como estar en el
infierno.
La vio deslizarse con un ruido asqueroso, como de mono. Era como si lo oyera en
medio de la cabeza. Vio que Jonesy la perseguía con movimientos torpes y
desesperados, intentando atraparla o como mínimo cortarle el paso. No podría. El
perro se interponía.
Owen volvió a ordenarles a sus brazos que levantaran el arma y apuntaran, pero
no pasó nada. Era como si la MP5 perteneciera a otro universo. Iba a dejar que se
escapase. Iba a quedarse como un pasmarote, dejando que se escapase. Que le
ayudase Dios.
Que les ayudase a todos.
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