Page 110 - Osho - El Equilibrio Cuerpo Mente_Lucid
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La diferencia estriba tan sólo en unos cuantos años. Entonces el
muy joven empieza a sentirse viejo y el niño ya empieza a sentirse
muerto. Una vez que llegas a la conclusión de que este cuerpo es la
única vida, ¿entonces qué sentido tiene nada? ¿Para qué seguir
entonces?
Escribió Camus que el principal problema metafísico del
hombre es el suicidio. Estoy de acuerdo con él. Si el cuerpo es la
única realidad y no hay nada en tu interior que lo trascienda, el
suicidio es algo de primordial consideración, punto de reflexión para
meditar detenidamente. ¿Por qué no recurrir al suicidio? ¿Para qué
esperar a tener noventa y cuatro años? ¿Para qué sufrir mientras
tanto todo tipo de problemas y desgracias? Si uno debe morir, ¿por
qué no hacerlo hoy mismo? ¿Para qué amanecer de nuevo mañana
por la mañana? Parece algo fútil.
Por una parte, el norteamericano está corriendo
constantemente de un lado a otro para acumular experiencias, para
no perderse nada. Se pone a recorrer todo el mundo, de una ciudad
a otra, de un país a otro, de un hotel a otro. Pasa de un gurú a otro,
de una religión a otra, buscando, porque la muerte se acerca. Por
un lado, hay una búsqueda alocada y por otro, el profundo recelo de
que todo es inútil; porque con la muerte acabará todo. Por lo que
hayas sido rico o hayas sido pobre, inteligente o no, hayas tenido
suerte en el amor o no, ¿qué más da? Al final vas a morir, y la
muerte iguala a todo el mundo: al listo y al torpe, a los santos y a
los pecadores, a los despiertos y a los tontos, todos se irán al hoyo
y desaparecerán. ¿Entonces qué objetivo tiene nada? Ya sea un
Buda o un Jesús o un Judas, ¿qué más da? Jesús murió en la cruz,
Judas se suicidó al día siguiente; ambos desaparecieron de la faz de
la tierra.
Por otro lado, existe el miedo a que te equivoques y los
demás lleguen a algún tipo de realización y por otro, un profundo
recelo de que incluso llegando, no ganes gran cosa, porque llega la
muerte y arrasa con todo. El hombre consciente vive en el cuerpo,
ama su cuerpo, lo cuida, pero no es el cuerpo. Sabe que hay algo
dentro de él que sobrevivirá a la muerte. Sabe que hay algo dentro
de él que es eterno, que el tiempo no puede destruir. Esto lo ha
llegado a saber a través de la meditación, el amor, la oración. Esto
lo ha llegado a saber metido en su propio ser. No tiene miedo. No
tiene miedo de la muerte porque sabe lo que es la vida. No va en
pos de la felicidad, porque sabe que Dios le está ofreciendo millones
de oportunidades; sólo tiene que ser receptivo.
¿No ves los árboles arraigados en la tierra? No pueden ir a
ningún sitio, y aun así son felices. No pueden ir en pos de la
felicidad, desde luego; no pueden marcharse por ahí a buscarla.
Están arraigados a la tierra, no pueden moverse, ¿pero no te das
cuenta de lo felices que son? ¿No te das cuenta de su gozo cuando
cae la lluvia, su enorme satisfacción cuando el viento los acaricia? ¿
No puedes ver su ritmo?... Están enraizados, no van a ningún sitio.