Page 22 - Osho - El Equilibrio Cuerpo Mente_Lucid
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Aprende a fluir con la existencia de modo que no sientas
culpas ni tengas heridas. No luches ni contra el cuerpo, ni con la
naturaleza, ni con nada; así estarás en paz y a salvo, tranquilo y
sosegado.
Ese estado te ayudará a estar más alerta, más consciente,
más despierto, lo cual finalmente conduce al mar del despertar
supremo: la liberación por el nirvana.
El Cuerpo Es Tu Amigo
Todas las religiones te han estado enseñando a luchar contra
la naturaleza. Todo lo que es natural es condenado. Las religiones
dicen que debes lograr hacer algo antinatural; sólo entonces podrás
salir del encarcelamiento de la biología, la fisiología, la psicología,
de todos los muros que te rodean. Pero si te mantienes en armonía
con tu cuerpo, con tu mente, con tu corazón, entonces las religiones
dicen que nunca serás capa de trascenderte a ti mismo. Ahí es
donde me opongo a todas las religiones. Han sembrado una semilla
emponzoñada dentro de tu ser. Y por su causa vives dentro de tu
cuerpo, pero no amas tu cuerpo.
El cuerpo te sirve durante setenta, ochenta, incluso cien años,
y no hay mecanismo que haya inventado la ciencia que sea capaz
de compararse con él. Con todas sus complejidades, los milagros
que hace sucesivamente para ti, y tú ni siquiera se lo agradeces.
Tratas a t cuerpo como a un enemigo, siendo todo lo contrario.
Él cuida de ti de todas las maneras posibles mientras estás
despierto, mientras estás dormido. Incluso durante el sueño te
sigue cuidando. Si estás dormido y una araña te empieza a correr
por la pierna, ésta la aparta sin molestarte a ti. La pierna tiene un
pequeño cerebro propio. Por lo que para cuestiones sin importancia
no hay necesidad de acudir al sistema central, de acudir al cerebro;
la pierna puede ocuparse. Un mosquito te está picando, mueves las
manos para aplastarlo, y tu sueño no se ve alterado. Incluso
durante el sueño tu cuerpo te está protegiendo continuamente,
haciendo cosas que normalmente no son cosa suya. No se espera
que la mano tenga un cerebro, pero indudablemente tiene algo que
sólo puede ser denominado como un pequeño cerebro. Quizá cada
célula de tu cuerpo tenga un pequeño cerebro. Existen millones de
células en tu cuerpo, millones de pequeños cerebros moviéndose
por ahí, ocupándose continuamente. Siempre estás comiendo todo
tipo de cosas sin preocuparte qué ocurre cuando las tragas. No le
preguntas al cuerpo si su mecanismo, si su química, será capaz de
digerir lo que te estás comiendo. Pero a pesar de todo, tu química
interna sigue funcionando durante casi un siglo. Tiene un sistema
automático para reemplazar las partes que se han estropeado. Las
va desechando, creando otras nuevas; tú no tienes que hacer nada,
ocurre por sí solo. El cuerpo tiene una cierta sabiduría en sí mismo.
Las religiones no dejan de repetirte: “Tienes que luchar