Page 70 - Deepak Chopra - Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo.
P. 70
ARRUGAS EN EL CAMPO CUÁNTICO
La transformación de mensajes en moléculas
Para seguir el rastro a la entropía desde el plano visible al cuántico, podemos examinar uno de los
síntomas del envejecimiento: las arrugas. Cuando estés de pie ante el espejo, en el cuarto de baño,
estudia las diminutas arrugas que se forman con la edad en las comisuras de los ojos o alrededor de
la boca. Las líneas de tu cara esbozan viejas y conocidas emociones; el mapa de ansiedad, enojo,
frustración, satisfacción, felicidad y alegría se va grabando más profundamente en la piel con cada
año transcurrido.
«Las arrugas deberían indicar solamente dónde ha habido sonrisas», comentaba Mark Twain; pero
aun si cada arruga fuera el rastro de una sonrisa, ¿cómo se forman?
Para un biólogo celular, la causa de las arrugas se encuentra en la estructura celular. Tu piel está
compuesta de muchos tipos de tejido: vasos sanguíneos, nervios, folículos pilosos, músculos que
erizan el vello y hacen la piel de gallina, células grasas y dos capas de células epiteliales: la dermis y
la epidermis; todo eso está rodeado de agua y tejido conjuntivo suelto. Este tejido conjuntivo se
compone principalmente de colágeno, una proteína que tiene la útilísima propiedad de ligarse con el
agua.
El colágeno proporciona a la piel un acolchado suave y húmedo que, además de darle grosor, le
brinda la capacidad de estirarse y plegarse cuando el cuerpo se mueve.
El colágeno en sí no está hecho de células, pero son las células cercanas las que lo producen y
reparan. Por lo tanto, el estado de este tejido conjuntivo está bajo la supervisión del ADN. Cuando la
gente envejece, el colágeno sufre cambios, tornándose más rígido y menos húmedo. Al perder adap-
tabilidad, ya no vuelve a su sitio cuando se estira o se pliega. Comienza a retener las arrugas, que
llegan a ser permanentes.
La teoría de los radicales libres
Son muchas las influencias físicas que pueden acelerar el envejecimiento del colágeno: el fumar, la
exposición excesiva a la luz solar, una deficiencia vitamínica, la desnutrición, la deshidratación, una
tiroides poco activa y la predisposición genética, para nombrar sólo unos pocos. Sin embargo, no hay
una división clara entre estas influencias y los factores psicológicos. Una viuda que llora a su esposo
puede consumirse y arrugarse muy pronto. La piel del canceroso sometido a quimioterapia puede
envejecer prematuramente, tanto por el efecto colateral de las drogas como por su estado de con-
fusión emocional.
Lo que estas diversas influencias tienen en común es que todas pueden facilitar un tipo específico
de error en la estructura molecular del colágeno. Distintas moléculas de colágeno se fijan unas a
otras mediante un proceso conocido como «eslabón», reacción química que cierra de modo perma-
nente el caparazón atómico exterior del colágeno. La causa del eslabón radica en la tendencia
destructiva de los radicales libres, esos átomos de oxígeno altamente inestables que se ligan
indiscriminadamente con muchas moléculas vitales para el cuerpo, incluido el ADN. A mediados de la
década de los cincuenta, el doctor Denham Harman, investigador de la Universidad de Nebraska, fue
el primero en elaborar la teoría de que los radicales libres son una causa importante y hasta
primordial del envejecimiento en el plano celular.
El eslabón es sólo un ejemplo del daño que pueden infligir los radicales libres. También pueden
desintegrar moléculas cercanas, desprender trozos de moléculas, confundir la información en
diversas partes de las células, aglutinar las membranas celulares, facilitar mutaciones cancerosas y
dificultar el funcionamiento de la mitocondria (las fabricas de energía que hay dentro de cada célula).
Algunos investigadores especializados en colesterol creen que los radicales libres son los
responsables del daño que el colesterol hace al cuerpo. En el ambiente del laboratorio es casi
imposible conseguir que las células reciban el colesterol en su forma normal, pero, una vez que los
radicales libres reaccionan con él oxidándolo (por el mismo proceso que vuelve rancia a la grasarlas
células lo absorben muy pronto. Como tiburones que rondan a la célula, los radicales libres atacan a
casi cualquier molécula; la extensión del daño que hacen es tan amplia que la teoría del
envejecimiento por los radicales libres ha crecido en popularidad con cada década transcurrida. Los