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libertad sexual. En un mundo puritano, Julia predica con el ejemplo el amor libre, pero tiende a
creerse de manera acrítica todas las proclamas del Partido y los principios del Ingsoc. Ello lleva a
Winston a definir su rebeldía como exclusivamente «de piernas abajo». El amor clandestino entre
Julia y Winston es desesperado: ambos saben que sus días están contados. No hacen planes de
futuro: no tiene sentido hacerlos. Justo en ese instante entra O'Brien en acción.
O'Brien viene a cerrar el proceso de rebeldía a los tres principios motores de la sociedad de
Oceanía. Perpetrado el crimental gracias a su inteligencia y su capacidad de síntesis, vulnerada la
abstinencia sexual gracias a Julia, Winston penetra en el mundo del odio gracias a O'Brien. O'Brien
lo ayudará a odiar al Partido introduciéndolo en la Hermandad. El juramento de fidelidad a esta
organización es una buena muestra de ello:
"—¿Qué estáis dispuestos a hacer?
—Todo aquello de lo que seamos capaces.
—¿Estáis dispuestos a dar vuestras vidas?
—Sí.
—¿Estáis dispuestos a cometer asesinatos?
—Sí.
—¿A cometer actos de sabotaje que puedan causar la muerte de centenares de personas?
—Sí.
—¿A vender vuestro país a potencias extranjeras?
—Sí.
—¿Estáis dispuestos a hacer trampas, a falsificar, a hacer chantaje, a corromper a los niños, a
distribuir drogas, a fomentar la prostitución, a extender enfermedades venéreas... a hacer todo lo
que pueda causar desmoralización y debilitar el poder del Partido?
—Si, por ejemplo, sirviera de algún modo a nuestros intereses arrojar ácido sulfúrico a la cara de
un niño, ¿estaríais dispuestos a hacerlo?
—Sí.
—¿Estáis dispuestos a suicidaros si os lo ordenamos y en el momento en que lo ordenásemos?
—Sí.
—¿Estáis dispuestos, los dos, a separaros y no volveros a ver nunca?
—No —interrumpió Julia."
Juramentados ambos, Julia y Winston brindan con O'Brien por el pasado. Por el pasado que
existió, no por el pasado eternamente mutable que defiende el Partido. Es el momento en que ambos
pasan a formar parte de la Hermandad. Por fin pueden leer el libro clave de la rebelión, el tratado
teórico escrito por Emmanuel Goldstein: Teoría y práctica del colectivismo oligárquico. En
realidad, se trata de un ensayo analítico, sin apenas contenido subversivo: es una simple descripción
de las instituciones y la historia de Oceanía. La respuesta a la pregunta que Winston se había
formulado alguna que otra vez en su diario: "Comprendo CÓMO. No comprendo POR QUÉ". La
certeza del porqué de las cosas, la comprensión por parte de Winston de por qué odia al Partido y
todo lo que encarna, es el último paso en su trayectoria moral y política. Sólo ahora, y no antes,
podrá enfrentarse a la siguiente etapa, referida en la tercera parte de la novela: su tortura.
Evidentemente, Winston no podía eludir su destino: ser encarcelado. El propio O'Brien,
comisario de la Policía del Pensamiento, se encarga de capturarlo y conducirlo al Ministerio del
Amor. Allí sufrirá todas las vejaciones imaginables, un lavado de cerebro que lo lleve a amar al
Partido y el Gran Hermano. La temible habitación 101 marca el final de Winston como persona; en
ella ha de enfrentarse a sus fantasmas más terribles. Una vez superada la humillación que anida allí
adentro, Winston estará dispuesto a creer cualquier consigna del Partido. Los discursos
adoctrinadores de O'Brien surten efecto. Winston ya es capaz de doblepensar. Ve cinco dedos
cuando O'Brien le enseña cuatro. Y, mejor aún, ama al Gran Hermano. Ya es un miembro
respetable del Partido.