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CAMINO DE SERVIDUMBRE

                  demasiado absoluto,la general porfía por ella,lejos de acrecentar las oportu-
                  nidades de libertad, se convierte en su más grave amenaza.
                     Será bueno contraponer desde un principio las dos clases de seguridad: la
                  limitada, que pueden alcanzar todos y que, por consiguiente, no es un privi-
                  legio, sino un legítimo objeto de deseo, y la seguridad absoluta, que en una
                  sociedad libre no pueden lograr todos,y que no debe concederse como un privi-
                  legio —excepto en unos cuantos casos especiales, como el de la judicatura,
                  donde una independencia completa es de extraordinaria importancia—.Estas
                  dos clases de seguridad son:la primera,la seguridad contra una privación ma-
                  terial grave, la certidumbre de un determinado sustento mínimo para todos,
                  y la segunda, la seguridad de un determinado nivel de vida o de la posición
                  que una persona o grupo disfruta en comparación con otros. O, dicho breve-
                  mente, la seguridad de un ingreso mínimo y la seguridad de aquel ingreso
                  concreto que se supone merecido por una persona. Veremos ahora que esa
                  distinción coincide ampliamente con la diferencia entre la seguridad que
                  puede procurarse a todos, fuera y como suplemento del sistema de mercado,
                  y la seguridad que sólo puede darse a algunos y sólo mediante el control o
                  la abolición del mercado.
                     No hay motivo para que una sociedad que ha alcanzado un nivel general
                  de riqueza como el de la nuestra,no pueda garantizar a todos esa primera clase
                  de seguridad sin poner en peligro la libertad general.Se plantean difíciles cues-
                  tiones acerca del nivel preciso que de esa manera debe asegurarse;hay,en parti-
                  cular,la importante cuestión de saber si aquellos que así dependerán de la comu-
                  nidad deberán gozar indefinidamente de las mismas libertades que los demás. 3
                  Una consideración imprudente de estas cuestiones puede causar serios y hasta
                  peligrosos problemas políticos;pero es indudable que un mínimo de alimento,
                  albergue y vestido,suficiente para preservar la salud y la capacidad de trabajo,
                  puede asegurarse a todos.Por lo demás,hace tiempo que una considerable parte
                  de la población británica ha alcanzado ya esta clase de seguridad.
                     No existe tampoco razón alguna para que el Estado no asista a los indi-
                  viduos cuando tratan de precaverse de aquellos azares comunes de la vida


                     3. Si la simple ciudadanía de un país otorga el derecho a un nivel de vida más elevado que en cual-
                  quier otro, surgen también serios problemas en las relaciones internacionales, que no deben descar-
                  tarse con demasiada ligereza.

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