Page 215 - PRIMERAS PAGS CAMINO SERVIDUMBRE.qxp
P. 215
CAMINO DE SERVIDUMBRE
a su vez, conseguir una ganancia inmerecida, la remuneración dejaría en
seguida de mantener una relación con la utilidad efectiva. Dependería de las
opiniones sostenidas por alguna autoridad acerca de lo que una persona debía
haber hecho, de lo que debía haber previsto y de la bondad o maldad de sus
intenciones. Decisiones tales no podrían menos de ser arbitrarias en gran
medida. La aplicación de este principio llevaría necesariamente a que gentes
que hiciesen el mismo trabajo recibiesen remuneraciones distintas.Las dife-
rencias de remuneración no serían ya un impulso adecuado para que las gentes
realizasen los cambios socialmente deseables, y ni siquiera sería posible a
los individuos afectados juzgar si un cambio particular merece las perturba-
ciones que causa.
Pero si los cambios en la distribución de los empleos entre las personas,
que son constantemente necesarios en toda sociedad, no pueden ya provo-
carse mediante «premios» y «castigos» pecuniarios (que no están en nece-
saria conexión con los méritos subjetivos), tendrán que realizarse por órde-
nes directas.Cuando los ingresos de una persona están garantizados,no puede
permitírsela, ni permanecer en su puesto sólo porque le guste, ni elegir otro
trabajo que le agradaría hacer.Como no es ella quien logra la ganancia o sufre
la pérdida dependiente de que cambie o no cambie de puesto,la elección tiene
que hacerla para ella quien gobierne la distribución de la renta disponible.
El problema del incentivo adecuado, que aquí surge, se discute general-
mente como si fuera sobre todo un problema de buena voluntad de la gente.
Pero esto, aunque importante, no es todo el problema, y ni siquiera su más
importante aspecto. No es sólo que si deseamos que las gentes pongan de su
parte todo lo posible hemos de hacer que les merezca la pena a ellas. Lo más
importante es que, si deseamos dejarles la elección a ellas, si han de poder
juzgar sobre lo que deben hacer,es preciso darles algún metro fácilmente in-
teligible, con el que midan la importancia social de las diferentes ocupacio-
nes. Ni con la mejor voluntad del mundo sería posible a cualquiera elegir in-
teligentemente entre las diversas alternativas si las ventajas que se le ofrecieran
no presentasen ninguna relación con su utilidad social. Para saber si, como
resultado de una alteración de las circunstancias, un hombre debe dejar un
oficio y un ambiente que se le han hecho gratos y cambiarlos por otros, es
necesario que la variación del valor relativo de estas ocupaciones para la socie-
dad encuentre expresión en las remuneraciones que se le ofrecen.
214