Page 306 - PRIMERAS PAGS CAMINO SERVIDUMBRE.qxp
P. 306
CONDICIONES MATERIALES Y FINES IDEALES
Todo esto indica con seguridad que nuestro sentido moral se ha embo-
tado,más que agudizado.Cuando se nos recuerda,como sucede cada vez con
más frecuencia,que no se pueden hacer tortillas sin romper huevos,lo cierto
es que los huevos que se rompen son casi todos de aquella clase que hace
una o dos generaciones se consideraban como la base esencial de la vida civili-
zada. ¿Y qué atrocidades cometidas por las potencias con cuyos profesados
principios simpatizan muchos de nuestros llamados «liberales» no han sido
fácilmente condonadas por éstos?
* * *
Hay un aspecto en el cambio de los valores morales provocado por el avance
del colectivismo que ahora ofrece especial alimento para la meditación.Y es
que las virtudes que cada vez se tienen menos en estima y que, consiguien-
temente, se van enrareciendo son precisamente aquellas de las que más se
enorgullecía, con justicia, el pueblo británico y en las que se le reconocía,
generalmente, superioridad. Las virtudes que el pueblo británico poseía en
un grado superior a casi todos los demás pueblos, exceptuando tan sólo al-
gunos de los más pequeños, como el suizo y el holandés, fueron indepen-
dencia y confianza en sí mismo,iniciativa individual y responsabilidad local,
eficaz predilección por la actividad voluntaria,consideración hacia el prójimo
y tolerancia para lo diferente y lo extraño, respeto de la costumbre y la tra-
dición y un sano recelo del poder y la autoridad. La energía, el carácter y los
hechos británicos son, en una gran parte, el resultado del cultivo de lo es-
pontáneo. Pero casi todas las tradiciones e instituciones en las que el genio
moral británico ha encontrado su expresión más característica y que, a su
vez,han moldeado el carácter nacional y el clima moral entero de Inglaterra,
son aquellas que el avance del colectivismo y sus inherentes tendencias
centralizadoras están destruyendo progresivamente.
La perspectiva con un trasfondo extranjero es útil, a veces, para ver con
más claridad a qué circunstancias se deben las peculiares excelencias de la
atmósfera moral de una nación.Y, si puede decirlo una persona que, diga lo
que diga la ley, será siempre un extranjero, uno de los espectáculos más de-
salentadores de nuestro tiempo está en ver hasta qué punto algunas de las
más preciadas cosas que Inglaterra ha dado al mundo son despreciadas ahora
305