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Cuentos

Sacó su celular y lo puso en la mano de su amigo. Al tocar la pantalla, Kike vio escritas
unas frases en la opción mensaje de texto. Empezó a leer en voz alta.
―¿Es que nadie es digno de bailar contigo? Todos te cortejan y a todos les dices no. Yo no te
diré nada, mi voz no es digna de invitar a bailar a una chica tan linda como tú. Te lo pediré con
bellas palabras. ¿Deseas bailar conmigo, hermosa dama?
Se quedó callado por un momento. Cerró los ojos y sonrió meneando la cabeza.
―¿Y con esta huachafería cursi te atracó? ―Le preguntó a Tony, pero el joven ya se había
dormido. Por su barbilla caía un delgado chorro de saliva―. Empezaré a creer que funciona.
De pronto el celular vibró. «Llámame mañana», apareció en la pantalla.
Kike volvió a sonreír, sacó su propio celular y tecleó un mensaje:
― Gracias por todo, Fiore. Te debo una.



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