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RASSINIER : La mentira de Ulises



                       forman sus comandos respectivos que conducen al paso al lugar de trabajo donde un Meister  o
                       capataz les da a conocer la tarea que tienen que hacer cumplir a sus hombres durante el día.
                       Los comandos empleados por la fábrica trabajan dos veces cada doce horas y no tres cada
                       ocho. Están repartidos en dos equipos o Schicht: hay el «Tagschicht» que se presenta a sus
                       Kapos y Vorarbeiter, a las 9 de la mañana, y el «Nachtschicht», a las 9 de la noche. Los dos
                       equipos cambian de turno, una semana de día y una semana de noche.
                            Así era Buchenwald cuando lo conocimos nosotros. La vida en él era soportable para
                       los presos incorporados definitivamente al campo, un poco más dura para los transeúntes
                       destinados a no permanecer en él más que el tiempo de la cuarentena. En todos los campos
                       pudo ser igual. La mala suerte quiso que en el momento de las deportaciones masivas de
                       extranjeros a Alemania, hubiese pocos campos terminados, aparte de Buchenwald, Dachau y
                       Auschwitz, y de que la casi totalidad de los deportados no haya conocido más que campos en
                       período de construcción, Straflager  y Arbeitslager, no Konzentrationslager. Quiso también
                       la mala suerte que, aun en los campos terminados, todas las responsabilidades fuesen
                       confiadas ante todo a los alemanes, por la facilidad de relaciones entre la «gente» de la
                       Häftling y la de la Führung, a supervivientes de los Straflager  y Arbeitslager, que no
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                       concebían el «Kazett», ( ) como ellos decían, sin los horrores que les habían endurecido a
                       ellos mismos y que constituyeron para su humanización unos obstáculos mayores que los de
                       la S.S. El «No hagas a otro lo que no quieras para tí» es un concepto de otro mundo que no
                       tiene validez en éste. «Haz a los otros lo que se te hace», es la divisa de todos estos Kapos,
                       que han pasado años y años en

                       [74] Straflager y Arbeitslager, y en cuyo espíritu los horrores que han vivido han creado una
                       tradición que, por una deformación muy comprensible, creen tener ellos la tarea de perpetuarla.
                            Y si la S.S. se olvida casualmente de maltratarnos, estos detenidos se encargan de
                       reparar el olvido.


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                            La población del campo, su condición social y su origen, son también un elemento que
                       se alza contra su humanización. He indicado ya que el nacionalsocialismo no hacía ninguna
                       distinción entre el delito político y el delito de derecho común y que, en consecuencia, el
                       derecho y el régimen político no estaban diferenciados en Alemania. Como en la mayoría de
                       las naciones civilizadas, en los campos hay de todo – de todo y más todavía -. Todos los
                       presos, cualquiera que sea la categoría del delito del que dependan, viven juntos y están
                       sometidos al mismo régimen. Sólo hay para distinguir a los unos de los otros el triángulo del
                       color que es la insignia de su delito.
                            Los políticos llevan el triángulo rojo.
                            Los de delitos comunos, el triángulo verde: sencillo, para los Verbrecher  o simples
                       criminales; adornado con una «S» para los Schwerverbrecher, o grandes criminales, y con una
                       «K» para los Kriegsverbrecher, criminales de guerra. Así están graduados los delitos de
                       derecho común desde el simple ladrón al asesino y al salteador de intendencia o depósito de
                       armas.
                            Entre los dos, toda una serie de delitos intermedios:
                            -- El triángulo negro (saboteadores, parados profesionales) el triángulo rosa
                       (pederastas); el triángulo amarillo sujeto sobre el rojo formando una estrella (judíos); el
                       triángulo violado (objetores de conciencia).
                            -- Los que habiendo cumplido un determinado tiempo de prisión, tienen que cumplir a
                       continuación lo que llamaríamos el «doblaje», o la relegación por tiempo limitado o perpetua,
                       y que llevan en lugar del triángulo, un círculo negro sobre fondo blanco con una gran «Z» en
                       el centro: son los libertados del Zuchthaus o presidio.
                            -- Otros por último que llevan el triángulo rojo con la punta hacia arriba: son los
                       delitos leves cometidos en el ejército y con

                       [75] motivo de los cuales ha sido pronunciada sentencia por un consejo de guerra.



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                         KZ, abreviatura de Konzentrationslager.

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