Page 43 - LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
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Los parientes de la persona real, excepto sus herederos, a quienes sostendrá el Estado,
              deben  colocarse  como  servidores  del  mismo  o  trabajar  para  adquirir  el  derecho  de
              propiedad: el privilegio de pertenecer a la familia real no debe servirles de pretexto para
              saquear el Tesoro público.

              La adquisición de una propiedad, la aceptación de una herencia, serán gravadas con un
              derecho progresivo de sellos o estampillas. La transmisión de una propiedad en dinero o
              de otra manera no declarada necesariamente nominal, será afectada de un impuesto de
              tanto por ciento, a cargo del anterior propietario desde el día de la transmisión hasta el día
              en  que  el  fraude  sea  descubierto.  Los  títulos  de  traslación  de  dominio  deberán  ser
              presentados  cada  semana  al  fisco  del  lugar  donde  radique  la  propiedad,  con  la
              designación del nombre y apellidos de la familia y de los domicilios del nuevo y antiguo
              propietario.

              Este  registro  no  se  exigirá  sino  cuando  se  trate  de  excedentes  de  una  determinada
              cantidad:  los  gastos  ordinarios  de  compraventa  de  artículos  necesarios,  no  serán
              gravados más que con un derecho mínimo por cada unidad.

              ¡Calculad cuánto sobrepasarán los productos de estas impuestos a las actuales rentas de
              los  estados  Gentiles!.  La  caja  de  fondo  del  Estado  deberá  guardar  cierto  capital  de
              reserva,  y  todo  el  sobrante  de  este  capital  deberá  ser  puesto  en  circulación.  Con  las
              reservas se organizarán trabajos públicos.

              Como  éstos  son  pagados  de  los  recursos  del  Estado,  de  allí  provendrá  que  la  clase
              obrera  se  sentirá  fuertemente  adherida  a  los  intereses  del  Estado  y  a  las  personas
              reinantes.  Una  parte  de  esas  reservas  también  se  destinará  al  pago  de  primas  por
              inventos y producción de artículos.

              Entonces, sobre esas cantidades fijadas y determinadas, ya no es necesario guardar una
              sola  moneda  en  las  cajas  del  Estado,  pues  el  dinero  se  ha  hecho  para  circular  y  todo
              estancamiento  de  dinero  repercute  en  forma  perjudicial  sobre  el  funcionamiento  del
              mecanismo del Estado; la falta de lubricación puede entorpecer la marcha normal de ese
              mecanismo.  La  situación  de  una  parte  del  dinero  en  valores  en  papel  ha  producido
              justamente tal estancamiento.

              Las consecuencias de este hecho se han dejado sentir bastante.

              Tendremos también un tribunal de cuentas, en el que el gobierno, en cualquier tiempo,
              tendrá a su disposición el estado detallado de los ingresos y pagos de la nación, excepto
              el correspondiente al mes en curso no terminado y el del mes precedente, no expedido
              aún. El único individuo que no tiene interés en saquear las cajas del Estado es su dueño,
              el  gobernante.  Por  esto  su  control  hará  imposibles  las  pérdidas,  las  filtraciones  y  los
              desfalcos.

              La representación que roba un tiempo precioso a los gobernantes en recepciones y otros
              actos que exige la etiqueta, será suprimida, para que tenga tiempo para otros asuntos a
              fin de reflexionar sobre ellos y dominarlos. Su poder no quedará a merced de los favoritos
              que rodean el trono para darle mayor pompa y esplendor, pero que atienden más a sus
              propios intereses que a los del Estado. Las crisis económicas entre los Gentiles han sido
              promovidas por nosotros con el único fin de retirar la moneda de la circulación.
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