Page 38 - LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
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Esto suprimirá también la corrupción actual de los asesores, a los que no consentiremos
más que en el caso que aquel que pague sea el que gane una causa. Hemos tenido buen
cuidado de desacreditar la clase de los sacerdotes Gentiles y de desorganizar por este
medio su ministerio, que mucho podría en la actualidad perjudicarnos.
Su influencia sobre los pueblos decrece más cada día. La libertad de conciencia está hoy
proclamada en todas partes. Por lo tanto, sólo algunos años tendremos que esperar para
ver la ruina completa de la religión Cristiana; lograremos aún más fácilmente la completa
extinción de las demás religiones; pero es demasiado pronto para hablar de ello.
Al clericalismo y a los clericales los meteremos dentro de marcos tan estrechos, que su
influencia será casi nula en relación con la que tuvieron en épocas pasadas. Pero, cuando
los pueblos se echen encima de ellos asumiremos el papel de defensores para evitar el
derramamiento de sangre. Por esta línea curva, penetraremos dentro de la fortaleza, y por
nada la abandonaremos hasta arruinarla completamente.
El rey de los judíos será el verdadero papa del universo, el patriarca de la Iglesia
internacional. Pero mientras no hayamos educado a la juventud en las nuevas creencias
de transición, y después en las nuestras, no tocaremos de una manera manifiesta a las
iglesias cristianas existentes; pero lucharemos contra ellas por medio de la crítica,
provocando las disensiones.
En general, nuestra prensa contemporánea revelará los negocios de estado, las
religiones, la ineptitud de los Gentiles, todo ello en términos los más indecentes para
infamarlos de todas maneras, COMO EXCLUSIVAMENTE SABE HACERLO EL GENIO
DE NUESTRA RAZA.
Nuestro reinado será la apología del reinado de Vichnou, que es su símbolo: de nuestras
cien manos cada una tendrá un resorte de la máquina social. Todo lo veremos sin la
ayuda de la policía oficial, que tal como la hemos formado, en la actualidad no deja a los
gobiernos Gentiles que vean todo lo que sería necesario.
Conforme a nuestro programa un grupo de terceras personas vigilará a los demás, y esto
no por otro móvil que el sentimiento del deber y por servir al Estado voluntariamente.
Entonces no se considerará deshonroso servir de espía y delator, sino algo digno de
alabanza y premio; pero las delaciones mal fundadas serán cruelmente castigadas, para
que no haya abusos en este sentido. Nuestros agentes serán sacados lo mismo de las
altas clases sociales que de las bajas; de la burocracia que se divierte; de entre los
editores, libreros, impresores, dependientes de comercio, obreros, cocheros, lacayos, etc.
Esta policía desprovista de derechos, sin autorización para obrar por sí misma, y por lo
tanto, sin poderes, no hará otra cosa sino servir de testigo y presentar sus denuncias: la
comprobación de las denuncias y las aprehensiones dependerán de un grupo de
Directores de los asuntos policíacos, las aprehensiones serán efectuadas por el cuerpo de
gendarmes y por la policía municipal. El que no presente su informe o denuncia de lo que
haya visto u oído, sobre cuestiones políticas, será considerado igualmente como culpable
del delito de encubridor o como cómplice, lo mismo que si hubiera cometido ambos
delitos.
Del mismo modo que hoy nuestros hermanos están obligados bajo su responsabilidad, a