Page 37 - LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
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Los estudiantes tendrán el derecho de unirse con sus padres en los establecimientos
escolares, como se acostumbra hacerlo en los clubs y en los días de fiesta, los profesores
darán conferencias, de las llamadas libres, acerca de las relaciones de los hombres entre
sí; sobre las leyes de la imitación; sobre los malos resultados de la competencia ilimitada;
en fin, sobre filosofía de las nuevas teorías que el mundo todavía no conoce.
Haremos de estas teorías un dogma y nos serviremos de ellas para atraer a los hombres
a nuestra fe.
Al terminar la exposición de nuestro programa de acción en el presente y en lo futuro, os
expondré las bases de esas teorías. En una palabra, sabiendo por la experiencia de
muchos siglos, que los hombres viven y se dirigen por las ideas; que éstas no les son
inculcadas sino por la educación impartida con igual resultado a todas las edades con
procedimientos diferentes, entiéndase bien: nosotros adoptaremos y nos asimilaremos en
provecho nuestro los últimos resplandores o destellos del pensamiento independiente que
desde tiempo atrás venimos dirigiendo hacia las materias e ideas que nos son necesarias.
El sistema de represión del pensamiento ya está en vigor en el método llamado
Enseñanza por medio de la imagen, que debe transformar a los Gentiles en animales
dóciles, que no piensen, que necesiten la representación por las imágenes para
comprenderlas...
En Francia, uno de nuestros mejores agentes, Bourgeois, ha divulgado el nuevo programa
de educación por medio de la imagen.
PROTOCOLO XVII:
El Foro.- Influencia de los sacerdotes Gentiles.- La libertad de conciencia.- El rey de los
Judíos, Patriarca y Pontífice.- Medios de lucha entre la Iglesia existente.- Problemas de la
prensa contemporánea.- Organización de la policía.- La policía voluntaria.- El espionaje
conforme al modelo judío.- Los abusos del poder.
El Foro ha producido hombres crueles, fríos, testarudos, sin principios, que se colocan
siempre en un terreno impersonal netamente legal. Se proponen a todo trance la defensa
y no el bien social. De ordinario no rehúsan defensa alguna tratando de obtener la más
alta recompensa por su labor y aferrándose a las argucias de la jurisprudencia: esto es, lo
que ha desmoralizado a los tribunales. Por todo esto, permitiendo esta profesión dentro
de ciertos límites, haremos a sus miembros funcionarios ejecutivos.
A los abogados, lo mismo que a los jueces, se les privará del derecho de comunicarse
con los litigantes: recibirán las causas del tribunal; las estudiarán según las memorias y
los documentos de los relatos judiciales, defendiendo a sus clientes conforme a los
interrogatorios del tribunal, una vez que esté terminado el esclarecimiento de los hechos.
Los honorarios que percibirán serán independientes de la calidad de la defensa. De esta
manera tendremos un defensa honesta e imparcial, dirigida no por el interés, sino por la
convicción.