Page 448 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Requisitos de la oración de soledad 437
debe abrirle su puerta al mundo ni darle acceso. La soledad, en efecto,
significa y quiere decir abandono de la compañía y trato con los hom-
bres; no el mero abandono físico de su presencia personal, sino, más
bien, que ni tu corazón ni tus oídos sean vasos en que recojas las pa-
labras inútiles y vanas de tus prójimos. No se conservará el corazón
puro de los delirios mundanos, sino de esta manera. El que se aisla en
su habitación, pero abriendo la puerta que permita el acceso de la gen-
te, lo que busca en la soledad es el renombre y la fama de maestro espi-
ritual, y por eso merece más bien ser expulsado de la puerta que hasta
Dios conduce. La perdición de quien así obra está más cerca de él que
la correa de su zapato. ¡Ea, pues, guárdate de las ilusiones del amor
propio en esta materia, pues la mayoría se pierde por eso, y cierra tu
puerta a las gentes!
Cierra asimismo la puerta de tu cuarto y niega el acceso a las per-
sonas de tu familia y ocúpate en el recuerdo de Dios con cualquier es-
pecie de jaculatorias que bien te plazca. La más sublime es su nombre,
es decir, "Dios, Dios", sin añadir otras palabras. Guárdate del peli-
gro de las ilusiones de la imaginación que te distraigan del [16] re-
cuerdo de Dios. Cuídate también de tu alimentación, procurando que
sea nutritiva, pero no animal, pues te será mejor. Evita lo mismo la
hartura que el hambre excesiva, siguiendo un régimen de templanza o
equilibrio del temperamento, pues si en la complexión del cuerpo pre-
domina con exceso la sequedad, el alma tiende a las fantasías y de-
lirios prolongados. Ahora, si el desequilibrio es efecto de las ideas es-
pirituales que te vienen al corazón, entonces eso es lo que buscas.
Hay que distinguir, sin embargo, entre las ideas espirituales angé-
licas y las ideas espirituales satánicas, según lo que sientas al acabar
de recibir su inspiración: si la inspiración es angélica, irá seguida de
frescura y deleite, sin que sientas dolor alguno ni se alteren las formas
que la idea inspirada revista, y como efecto te dejará un conocimiento;
en cambio, si la sugestión es diabólica, irá seguida de viva excitación
en los miembros, dolor, tristeza, perplejidad y sensación de abatimien-
to, y como efecto te dejará una percepción confusa.
Vigila, pues, bien y no ceses en tu ejercicio de pensar en Dios, has-