Page 512 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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La melancolía y otros efectos del amor 501
a la pérdida de algún bien o al abandono del amado; es una tristeza que
no se sabe a qué atribuirla, que no tiene otra causa que el amor mis-
mo, y que no tiene más medicina que la unión con el amado. Esta
unión, mientras dura, priva al amante de sentir aquella tristeza. Si la
unión con el amado no es unión personal, y el amado es un superior
que impone obligaciones al amante, entonces el cumplimiento de estas
obligaciones hace las veces de la unión personal, produciéndole una
alegría que borra en su alma la conciencia de la tristeza. De modo que
esta tristeza será tanto más intensa, cuantos menos estímulos haya que
priven al amante de la conciencia de su propio ser. Este fenómeno psi-
cológico del amor es el único [de los hasta aquí explicados] que cesa
con la ocupación [del alma en algo ajeno a ella].
Los fenómenos que se observan en el amor son muchísimos [más
que los analizados hasta aquí]. Tales son la tristeza colérica, la cons-
ternación que turba la mente, el estupor, el pasmo y el atontamiento,
los celos, el mutismo, las dolencias físicas, la agitación emotiva, la
insensibilidad, las lágrimas, los accesos violentos de la pasión, el éxta-
sis, la tristeza, tan intensa, que el amante no puede menos de lamen-
tarse y comunicarla a los demás, el insomnio y otros estados análogos,
que los amantes han descrito en sus versos.
[456] Enumeraremos ahora (1) algunas de las cualidades que es
preciso posea el amante, y por razón de las cuales se le denomina tal.
Son, pues, estas cualidades, como si dijéramos, las notas que integran
la definición del amor divino.
Dícese del que a Dios ama, que el amor lo asesina; que está per-
dido de amor; que hacia su Amado vuela como el pájaro; perpetua-
mente vela; oculta sus tristeza; ansia salir de este mundo, para ir al en-
(1) Suprimimos una larga digresión (Fotuhat, II, 450-456). en que Abena-
rabi estudia las virtudes religiosas que Dios exige en el hombre, para que sea
a a
digno de su amor. Son las siguientes: 1. , la imitación del Profeta; 2. , la pe-
nitencia; 3.', la pureza de corazón, entendida en el preciso sentido de "nega-
ción de toda vanidad y soberbia espiritual"; 4.", el celo por la purificación del
prójimo; 5. a la paciencia en las adversidades; a la gratitud a los beneficios
, 6. ,
a a a
divinos; 7. , la presencia de Dios; 8. , el combate espiritual; 9. , el amor de
todo lo creado, como espejo de la hermosura de Dios.