Page 514 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Cualidades del que ama a Dios  503
         Literalmente "no tiene aliento, en compañía de su Amado." He aquí
       la explicación de Abenarabi  (II, 470,  1."  7.* infra)  : "No está tranquilo
       en compañía de su Amado, porque, en cada instante, a cada respiración,
       no cesa de mirar con anhelo qué será lo que su Amado desee, para obrar
       en conformidad, para satisfacer dócil y prontamente los deseos todos del
       Amado; y como que ignora cuáles serán estos deseos, de aquí que no
       encuentre reposo, es decir, que su respirar no cese un momento, porque
       no acaba tampoco el anhelo y angustia de su corazón, sinceramente ena-
       morado."
          Todo él es de su Amado; y, sin embargo, su alma repréndese a sí
       propia por lo que a su Amado debe.
         Abenarabi glosa así esta frase  (II, 471,  1.* 14): "Porque  el amante
       se reconoce incapaz de cumplir todos los deberes que el amor le impone
       para con su Amado, e ignora además cuál puede ser el medio adecuado
       para averiguar todos sus deseos."

          Encuentra deliciosa la turbación  que de su espíritu se  apodera,
       cuando el Amado se le presenta de improviso.
          El texto significa, a la letra, "deleitándose en la turbación". He aquí el
       comentario de Abenarabi  (II, 472,  1.  a  1): "La causa de esa turbación
       es la repentina aparición del Amado, que los místicos designan con  el
       nombre de alhochum "el ataque imprevisto", y al cual fenómeno hemos
       consagrado un capítulo especial en este libro  [II, 735]. Cuando Dios in-
       vita a los corazones de sus siervos a que vayan a El, les fija de manera
       precisa los caminos ordinarios por los cuales llegarán a conseguir la
       unión: se les da a conocer mediante ciertos indicios, y ellos  le conocen;
       se les hace amable por medio de los beneficios, y ellos  le aman. Pero
       cuando ellos están presentes a El, sin saber que están en su presencia,
       Dios se les manifiesta y descubre, a veces, por otros indicios y caminos,
       distintos de los ordinarios y prometidos, y esta manifestación de Dios les
       sorprende y turba, por lo imprevisto de la aparición; pero como conocen
       por experiencia cierta en sus almas que es Dios, que es su Amigo y el
       objeto de sus deseos, se deleitan, a la vez. Por eso encuentran deleitable
       la turbación."
          Traspasa las leyes divinopositivas, después de haberlas observado
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