Page 102 - Confesiones de un ganster economico
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japoneses tal vez les interesaría financiarlo.
—Son los principales clientes del Canal.
—Exacto. Por supuesto, si ellos ponen el dinero, ellos serán los adjudicatarios
de la obra.
Fue una revelación súbita para mí.
—Y la Bechtel se queda al margen.
— La obra de ingeniería más grande de la historia reciente —y prosiguió—:
el presidente de Bechtel es George Shultz, el secretario del Tesoro de Nixon. Ya
imaginará usted la influencia que tiene, además de su notorio mal genio. La
Bechtel está atiborrada de amiguetes de Nixon, de Ford y de Bush. Me han dicho
que la familia Bechtel maneja los entresijos del partido republicano.
La conversación empezaba a crearme una gran incomodidad. Yo era uno de
los dedicados a perpetuar el sistema que él aborrecía tanto, y estaba seguro de que
lo sabía. Según todas las apariencias, mi encargo de persuadirle para que aceptase
créditos internacionales a cambio de contratar a gabinetes de ingeniería y
constructoras estadounidenses acababa de chocar con un muro infranqueable.
Decidí atacar de frente.
—General —pregunté—, ¿para qué me ha mandado llamar?
Miró el reloj y sonrió.
—Sí, es hora de ocuparnos de lo nuestro. Panamá necesita su ayuda. Yo la
necesito.
—¿Mi ayuda? —pregunté, sorprendido — . ¿En qué puedo ayudarles?
—Vamos a recuperar el Canal. Pero con eso no basta. —Se arrellanó en su
sillón—. Es preciso que sirvamos de modelo. Debemos demostrar que nos
preocupan nuestros pobres y demostrar, al mismo tiempo, sin lugar a dudas, que
la decisión de ganar nuestra independencia no viene dictada por Rusia ni por
China ni por Cuba. Que el mundo vea que Panamá es un país razonable, que no
estamos contra Estados Unidos sino a favor de los derechos de los pobres.
Cruzó las piernas y prosiguió:
—Para conseguirlo hay que construir una base económica que no tenga
parangón en este hemisferio. Electricidad, sí, pero electricidad que llegue hasta
los más humildes, subvencionada. Y lo mismo para el transporte y las
comunicaciones, y sobre todo para la agricultura. Eso requiere dinero. El dinero
de ustedes, del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo.
Una vez más se inclinó hacia mí para mirarme fijamente.
—Tengo entendido que su empresa necesita más trabajo y suele conseguirlo
inflando las dimensiones de los proyectos: carreteras más
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